En ocasiones abusamos del término “decisivo” para definir un momento que sea especialmente importante. Pero, en esta ocasión, sí creo que la coyuntura en la que nos encontramos va a ser decisiva para establecer las condiciones laborales y de vida de la clase trabajadoraa corto, medio y largo plazo.
Este 7 de octubre conmemoramos la Jornada Mundial por el Trabajo Decente en un momento realmente importante para establecer los términos en los que se va a producir la salida de la crisis de la Covid-19.
Hemos sufrido la enorme virulencia de la pandemia en términos sanitarios pero, hasta el momento, hemos conseguido desde el Diálogo Social amortiguar parte de estos efectos nocivos en el mundo del trabajo. El mecanismo de los ERTE, implementado por el Gobierno central con el consenso de CCOO, UGT, CEOE y CEPYME, ha propiciado que, por primera vez en nuestro país, el empleo no se hunda más que la economía.
Pero esta medida de contención tiene que verse acompañada de otras muchas a otros niveles de la administración. Ahora que la mayor parte de nuestra población ha recibido la vacuna contra el coronavirus, que la economía se reactiva y que el empleo se descongela es el momento de pensar en el futuro.
La gran cantidad de fondos Next Generation que va a llegar procedente de la Unión Europea debería gestionarse desde la cogobernanza de la administración andaluza con los agentes económicos y sociales, destinándolos a solucionar los problemas de la mayoría social y eso pasa, de forma incuestionable, por mejorar la calidad del empleo y los servicios públicos. Nuestra tierra no puede permitirse que estos fondos se utilicen solo para beneficiar a las grandes empresas y se olviden de la clase trabajadora, que es quien más ha sufrido los envites de la pandemia.
Es fundamental que la política se comprometa con los intereses de la mayoría social. Un compromiso que debe plasmarse en los presupuestos que las diferentes administraciones están aprobando o preparando en estos días. Desde los PGE hasta los presupuestos municipales, estamos ante el instrumento más importante con el que cuenta la ciudadanía para mejorar sus condiciones de vida. Por eso es tremendamente necesario exigir a los gobiernos una respuesta con altura de miras.
Y hoy vamos a movilizarnos en Sevilla. Sindicalistas de toda Andalucía vienen a nuestra ciudad para decir alto y claro al gobierno andaluz del PP que es urgente un cambio de dirección y sentido en las políticas que están aplicando porque los trabajadores y las trabajadoras no vamos a soportar más ataques a nuestros intereses.
Exigimos urgentemente políticas encaminadas a un cambio de modelo productivo con el que alcancemos un PIB industrial del 18%, al tiempo que se emprenden retos esenciales como una transformación energética justa, la digitalización o la diversificación sectorial. Todo con un objetivo claro: generar más empleo y con más calidad y derechos.
Es indispensable blindar los servicios públicos y la protección social porque cuando todo nuestro mundo se desmoronó durante la parte más dura de la pandemia ahí estuvieron los servicios públicos sosteniéndonos. Ahora que la recuperación ha arrancado es el momento de transformar los aplausos en refuerzo de los servicios públicos y en derechos para sus trabajadores y trabajadoras.
Objetivos que deben verse acompañados por una lucha decidida contra el paro, la desigualdad y la desprotección de las personas más vulnerables y por la puesta en marcha de un incremento de la inversión pública en infraestructuras que posibilite nuestro desarrollo productivo.
