Un autobús cargado con ayuda humanitaria recogida por la fundación Juntos Por la Vida ha salido de Valencia con destino Ucrania para llevarla a aldeas y pueblos pequeños bombardeados por la invasión rusa, zonas incomunicadas donde "la población tiene necesidad de todo y no llega nada".
La ayuda, procedente de donaciones particulares, ha sido cargada por voluntarios de la ONG en el bus que ha partido de la sede en Paterna de la fundación Ayuda una Familia, que colabora de forma solidaria con la iniciativa.
Este vehículo, fletado por Juntos Por la Vida, ha llegado desde la frontera de Polonia con 50 refugiados que han sido trasladados a Barcelona, Valencia y Alicante, explica la organización humanitaria en un comunicado.
La próxima semana, la ayuda y las medicinas serán distribuidas en algunas de las zonas mas necesitadas y afectadas de Ucrania donde la ONG tiene vínculos desde hace años por sus programas de acogimiento. También se repartirá el contenido de un camión con 16 palés de Mensajeros de la Paz.
Desde hace semanas, Juntos por la Vida reparte ayuda que llega a la frontera de donaciones particulares a localidades al sur de Lviv como Sukachi, donde hay mucha concentración de personas desplazadas desde las regiones de Irpin y Bucha ya hace tiempo por la guerra de Donbas.
"Pero desde que se abrieron las comunicaciones hace unos días con la región de Ivankiv y nos llegaron llamamientos de que muchas casas en las aldeas pequeñas cercanas a Chernóbil habían sido quemadas y destruidas por los misiles rusos, estamos haciendo llegar comida, ropa, productos de higiene, ropa de casa y medicinas porque no tienen nada", afirma desde la frontera la presidenta de la ONG, Clara Arnal.
Estas aldeas estuvieron sin comunicación durante mas de 35 días, totalmente ocupadas por los rusos, con lo que "la población tiene necesidad de todo: Son los propios vecinos los que se están organizando para salir en coches de los pueblos, porque las carreteras estás destruidas y han tenido que habilitar puentes con maderas para llegar hasta cerca de la frontera en Lviv y recoger la ayuda humanitaria que les proporcionamos".
"Ni camiones ni autobuses pueden llegar hasta esas zonas. Nosotros les ayudamos a pagar la gasolina de los trayectos y son ellos, los propios conductores, gente de las aldeas, los que llevan la ayuda y la reparten en las familias", subraya Arnal, que dirige el operativo junto con el equipo de voluntarios.
Los grandes convoyes de ayuda humanitaria se suelen quedar en grandes ciudades como Kiev y son distribuidos allí. Sin embargo, las pequeñas poblaciones, sobre todo las zonas rurales, son las "olvidadas", por lo que ahí sí llegan las organizaciones pequeñas que tienen contacto con ellas.