La relación entre el Celta de Vigo y Santi Mina está más rota que nunca. Desde que se conociera la sentencia que condenaba al gallego a cuatro años de prisión por abuso sexual a una chica en Mojácar, hechos ocurridos en 2017, el Celta ha apartado al futbolista de su entidad.
El club vigués abrió expediente a Mina y, de manera cautelar, lo apartó de los entrenamientos del primer equipo. Ese comunicado fue en mayo. Y ahora, el futbolista ha vuelto a aparecer.
Según informa el Celta de Vigo, Santi Mina ha exigido al club su “incorporación inmediata a los entrenamientos del equipo, por lo que en este caso el equipo se ve obligado a asumir la presencia del jugador”.
A partir de este punto, el Celta ha cargado duramente contra Mina: “El RC Celta se reserva su derecho de reclamar, si la sentencia deviene firme, todos los daños y perjuicios ocasionados por el comportamiento del jugador a la entidad tanto económicos como de imagen del club, respetando a día de hoy su derecho a recurso”.
Además de afirmar que Mina ha rechazado una oferta de otra liga para poder seguir con su carrera lejos de España dada “la situación judicial que ha generado y que daña la imagen de este club”, el Celta ha querido hacer hincapié en que “nunca se dejará presionar por ningún trabajador que busque sus intereses particulares”.
“El RC Celta muestra su sorpresa por este movimiento del jugador encaminado a dañar al RC Celta, que desde la sentencia judicial obró conforme a los valores de este club y de su afición y a los que no renunciará bajo ningún concepto”, añade el comunicado del club gallego.
La unión de Santi Mina con el Celta finaliza el 30 de junio de 2024, por lo que parece complicado que se pueda acordar una rescisión de contrato.