Agentes antidisturbios y militares se apostaron en grupos distanciados por manzanas de edificios a lo largo de la calle Silom, el Wall Street tailandés, y se pasaron el día bajo un sol abrasador que al final se convirtió en el único enemigo. Vecinos y comerciantes de la zona llevaban refrescos en bolsitas de plástico a los miembros de los cuerpos de seguridad, ataviados con la ropa y equipo reglamentarios, incluidos cascos y mascarillas contra la contaminación.
La sede del Bangkok Bank, en Silom, recibió protección especial del Ejército, que estableció controles con alambre de espino para frenar a los seguidores del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, grupo dirigido por testaferros del ex primer ministro Thaksin Shinawatra y que organiza la movilización antigubernamental.
Los dirigentes del Frente Unido acusan a esta sociedad comercial de haber estado detrás de la asonada que depuso a Shinawatra en 2006.
El portavoz del Gobierno, Panitan Wattanayagorn, confirmó a los medios de comunicación que “hay varias unidades armadas para defenderse de los ataques de terroristas que se ocultan ente los manifestantes”.
Las autoridades quieren evitar que se repitan los altercados del sábado 10 de abril, cuando el enfrentamiento entre manifestantes y cuerpos de seguridad causó 24 muertos, 5 militares, 18 camisas rojas y 1 camarógrafo japonés de un medio de prensa extranjero, y 874 heridos.
