La agenda maratoniana del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se dividía en la capital gaditana entre las concentraciones y los actos institucionales en las distintas sedes oficiales de las administraciones. Llegaban a pisarse. El mensaje que lanzaban cada una de ellas casi que también. O no. Primera parada: Delegación del Gobierno andaluz en Cádiz. Allí tenía lugar un acto presidido por su titular, Mercedes Colombo, quien pedía expresamente “dejar a un lado las ideologías que nos separan para hacer de la igualdad entre hombres y mujeres la bandera de todos y todas”.
Eso sí, dejó claro que el 8M de 2023 será recordado “como un día de gran preocupación y tristeza porque una ley estatal está permitiendo que los violadores salgan de la cárcel sin cumplir sus condenas”, tras alertar de los resultados “nefastos” de la norma. Media hora después, el punto de encuentro era en el patio del Ayuntamiento ante la climatología adversa. Allí, detrás de la pancarta, se juntaban en tono distendido una amplia representación del equipo de Gobierno y de la Corporación municipal. El alcalde, José María González, aprovechaba para recordar lo conseguido hasta ahora por nuestros antepasados “porque esta lucha de nuestras abuelas, con muchas victorias conseguidas, atesora muchos ayeres”, aunque a día de hoy todavía resten “muchos mañanas por conquistar”.
El “desafío”, resaltó, pasa por un “horizonte social” con un mundo feminista “donde la precariedad a la que se ve obligada la mujer sea abolida, la violencia contra la mujer desaparezca y los cuidados sean compartidos entre hombres y mujeres”. A la misma hora, delante de la Subdelegación del Gobierno, el subdelegado José Pacheco reivindicaba el trabajo del Gobierno “para igualar entre mujeres y hombres las cuotas de poder o de toma de decisiones, para eliminar la brecha salarial por medio de la reforma laboral o la subida del SMI”.
A las 12.00 horas, era el turno de las asociaciones del Consejo Local de la Mujer, que se concentraban a las puertas de la Fundación de la Mujer, en la Plaza del Palillero. Rosa Núñez, portavoz de las asociaciones de mujeres, daba lectura a un manifiesto en el que exigía al Ayuntamiento “más medios” y “políticas reales y efectivas” contra la violencia de género y para lograr la “igualdad de oportunidades”. Desde Cádiz Abolicionista pedían al Gobierno más inversión en salud menstrual y “respeto por la agenda feminista. Si quieren políticas feministas tienen que contar con las mujeres feministas”, reprochaban antes de su grito de guerra: “Vivan las mujeres y viva nuestro coño”.
También participó en este acto, entre otros colectivos, la asociación Alendoy, que reinvindicó una vez más intervenir desde la educación y con una perpsectiva genero “tranversal a todas las disciplinas”, tras mostrarse orgullosa de haber llevado el movimiento a residencias de mayores de Cádiz. Antes de finalizar, Núñez criticó la negativa de la Fundación de la Mujer a cederles “un espacio público” para celebrar una tarde de convivencia con al menos una veintena de colectivos a los que representa en la jornada de ayer. Al tener claro que no acudirían a la manifestación convocada por la Comisión del 8M “porque no es oficial y está politizada y no nos vemos reflejadas”, explicaba a VIVA CÁDIZ, hace un mes solicitaron por escrito disponer del centro La Merced, “pero nos lo denegaron alegando que había algo y no hay nada”. Tampoco hubo suerte con el ECCO. Preguntada por este asunto, la concejala de Feminismos, Lorena Garrón, defendió ayer que los espacios públicos “no se les niegan a nadie”, peró en este caso coincidía con la manifestación del 8M por lo que no querían “contraprogramar”
La última parada era en Diputación, que acogió un acto, promovido por UGT y CCOO, en el que participó la diputada de Igualdad, Carmen Collado. Allí se dio lectura a un manifiesto que se detuvo en los “viejos problemas laborales” a los que las mujeres se enfrentan cada 8M “su epresentación, temporalidad, parcialidad, problemas en el desarrollo profesional por conciliar... ¿Viejos? Empecemos por llamar a las cosas por su nombre y cambiarlas de una vez por todas.