Una superviviente del accidente del tren Alvia registrado el 24 de julio de 2013 en Santiago sigue "culpándose", casi una década después, por haber salido airosa de la tragedia ferroviaria que se saldó con 80 víctimas mortales.
Su historia es una de las más duras de las relatadas en la sesión del juicio de este miércoles, tanto que la jueza Elena Fernández Currás ha reprendido al abogado de Allianz, el seguro del Adif, por preguntar a la psiquiatra que trata a esta chica si la emoción que él apreciaba en su testifical se debía a una relación de mucha empatía con la paciente.
"No me impacta en mi vida", ha sido la respuesta dada por la médico especialista, que ha dicho tener una "estrategia profesional", como sus colegas, para que las situaciones que ve en su día a día no le afecten.
"Está un poco de más la pregunta. Salvo que uno sea un insensible, esto nos impacta a todos", ha zanjado la magistrada presidenta en una sala de vistas en ese momento enmudecida.
En la compostelana Ciudad de la Cultura, donde se desarrolla este proceso, la psiquiatra ha relatado, por videoconferencia, que esta persona que ella atiende, la última vez el pasado enero, expresa a día de hoy todavía mucho pesar "por el tema de ser superviviente".
Ha contado que la joven llega a la reflexión de que debería ser feliz y de que su vida tendría que ser buena, pero no es así y sufre de "recaídas", aparte de que su trayectoria profesional se ha visto afectada por el miedo a "montar en tren, avión y autobús".
El siniestro "afectó a su vida profesional", ha hecho hincapié su doctora, que ha añadido que la "estabilización total" para nada se ha conseguido y no sabe si la misma llegará "algún día", precisamente por esa "desesperanza".
Ella cuando está mal, hace un denodado esfuerzo por estar bien, pero en ello afloran las emociones negativas, ha reflejado esta experta, que ha comparecido en calidad de perito.
La chica, de la que ha comentado que es "muy luchadora" y tiene capacidad "de pedir ayuda", la noche de autos, en la víspera del Día de Galicia, llegó a atender a un niño que le contó que su madre y su hermana no contestaban. Estaban muertas.
Las "secuelas" por lo vivido son evidentes en esta mujer, que además antes era "muy viajera" y disfrutaba de trayectos largos. Ahora, sólo se desplaza por trabajo, cuando es estrictamente imprescindible y nunca sin tratamiento farmacológico, tampoco sola.
Otras de las vivencias que en esta jornada se han desvelado tienen como factor común las terapias psicológicas intensivas y el hecho de rememorar el hecho traumático, con la presencia además de "sueños muy vividos" en relación a ese acontecimiento.
Son dos los acusados, el maquinista Francisco José Garzón Amo y el director de seguridad en la circulación de Adif en el momento de la puesta en funcionamiento de la línea entre Ourense y Santiago, Andrés Cortabitarte.
Se les imputan, a uno y a otro, ocho decenas de fallecimientos por imprudencia grave profesional, 145 de lesiones por el mismo motivo, y un delito de daños.
El Ministerio Fiscal solicita para cada uno de ellos cuatro años de prisión y demanda la inhabilitación del maquinista para su oficio durante el tiempo de la condena y la del cargo de Adif para cualquier profesión que implique gestión, seguridad o responsabilidad en este tipo de infraestructuras.
La reclamación total de daños y perjuicios en materia de responsabilidad civil asciende a 57.686.635,93 euros.
Galicia
Una superviviente del accidente del Alvia sigue "culpándose" por salir airosa
Las "secuelas" por lo vivido son evidentes en esta mujer, que además antes era "muy viajera" y disfrutaba de trayectos largos
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