El Celta, que parecía salvado hacía semanas, sigue complicándose la vida en Primera División y sumó una derrota en Cádiz que le hará sufrir hasta el último momento. Todo será posible en la última jornada y las calculadoras echan humo, algo impensable hace pocas semanas.
Esta vez, de nuevo fallaron los vigueses. En Cádiz, el equipo local apostó por el once esperado vistas las importantes bajas que sufría el Cádiz. Así, Bongonda ocupaba la banda derecha y Sobrino la izquierda, quedando como pareja de atacantes Sergi Guardiola y Lozano.
Por parte gallega, el capitán Hugo Mallo se recuperó a tiempo de ser titular a diferencia de su jugador insignia, Aspas, en el banquillo.
Arrancó el partido muy abierto con llegadas a ambas porterías. Había nervios, pero también conocimiento de que un triunfo daría la permanencia al equipo vencedor.
Tapia fue el primero en probar suerte con un tiro lejano que se marchó fuera, pero pronto el Cádiz comenzó a adueñarse de la pelota.
En la grada ya se conocía el gol de Osasuna en Getafe nada más comenzar el choque. Buena noticia, pero faltaba un mundo, como en Cádiz.
Mediada la primera parte, un disparo cruzado de Bongonda llevó el “uy” a las gradas gaditanas, que animaban sin cesar un segundo. La respuesta fue una incursión de Carles Pérez por la banda derecha que el extremo celeste finalizó con disparo al lateral de la red del Cádiz.
Los locales buscaban el gol, pero sin precisión y sin poner en apuros a Iván Villar. Un pase demasiado largo de Lozano a Bongonda no fue bien controlado.
A los 35 minutos llegó la primera polémica. El árbitro pitó penalti por derribo de Javi Galán a Bongonda, pero el VAR, guiado por Hernández Hernández le hizo revisarlo y finalmente no se pitó.
Casi al instante, un pase en profundidad a Iza culminó con centro y doble remate de Lozano a la red. Gol... pero no. De nuevo el VAR entró en acción para avisar de un fuera de juego previo de Iza.
Se salvaba el Celta pese al dominio amarillo. Con dominio local, pero más polémicas que goles se llegó al tiempo de descanso de un partido de infarto. No sólo se jugaba en el antiguo Carranza, sino que se tenía la vista puesta en otros campos.
Los amarillos trenzaron una espectacular jugada para el 1-0. El mediocentro del Cádiz, Escalante, controló la pelota, se marchó de Tapia y Aidoo y dejó mano a mano a Sobrino frente a Iván Villar. El delantero cadista no falló y el 1-0 subió al marcador explotando las gradas.
Pudo hacer el segundo gol Sobrino poco después, pero llevó fatal una contra. Mano a mano de nuevo, pero muy lejos de la portería, estuvo lento el cadista y dio tiempo al central a llegar para quitársela.
Carvalhal reaccionó con cambios. Paciencia y Aspas renovaron el ataque y Mingueza entró por Hugo Mallo.
Nada más entrar, Paciencia probó a Ledesma con un cabezazo peligroso. El Celta, obligado por el marcador, encerraba al Cádiz en su área y al fin arriesgaba porque ya no tenía el punto que tanto le servía minutos antes.
El Cádiz buscaba cerrar el partido y creó peligro con un pase magistral de San Emeterio muy parecido al del 1-0, pero se estorbaron Alcaraz y Espino. Ese medio segundo que perdieron impidió finalizar la jugada con éxito.
Ya en el tiempo extra, Roger remató al poste un contragolpe y Alejo disparó muy alto el rechace. El partido seguía abierto y el Celta encerraba en su área a un Cádiz que intentaba salir con peligro.
Al final, pese al acoso celeste, el empate no llegó y todo queda abierto para la última jornada, en la que el Barcelona visitará Balaídos.