Durante un lanzamiento espacial reciente, China probó un sistema de paracaídas que puede ayudar a guiar los propulsores de cohetes caídos hacia áreas específicas.
El sistema se usó en un cohete Larga Marcha-3B que puso en órbita un satélite de navegación BeiDou el 17 de mayo desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Xichang en la provincia de Sichuan, según informó este fin de semana la Academia China de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento.
Desarrollado por la academia, el paracaídas llevó los propulsores de cohete a una ubicación predeterminada, reduciendo el alcance del área de aterrizaje en un 80 por ciento.
Diseñado para brindar un control más preciso sobre dónde aterrizan los propulsores de cohetes, el sistema puede abrir automáticamente su parapente a una cierta altura de descenso, guiando a los propulsores de regreso a un área de aterrizaje estimada.
La mayoría de los principales sitios de lanzamiento de China se encuentran tierra adentro, lo que significa que evitar que las piezas caídas del cohete aterricen de manera impredecible, especialmente en áreas con actividades humanas, se ha convertido en una tarea urgente para los científicos, informa Xinhua.