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Curioso Empedernido

Mucho ruido

Frente al necesario silencio (...) la vida parece estar continuamente sobre volcanes y repleta de ruidos que nos ensordecen

  • Juan Antonio Palacios. -

Frente al necesario silencio que nos ayuda a crear una atmósfera para idear y escribir, la vida parece estar continuamente sobre volcanes y repleta de ruidos que nos ensordecen, un paraíso lleno de colores y explosiones, magmas y lavas, informes pantagruélicos y relatos interminables.

Cada vez que oímos hacer una valoración sobre cualquier personaje o situación no parece que sea para alcanzar un acuerdo, sino para provocar un conflicto. Tal vez donde el ruido se hace más notorio, e incluso en ocasiones hasta escandaloso, sea en el mundo de la política.

Un escenario que entre el rumor, el estrepito y el alboroto, los diferentes actores practican el inédito ejercicio de alianzas para imponer sus tesis, aunque no se trata de satisfacer o contentar a todos, sino a ellos mismos.

necesario que ante el alboroto dominante, encaremos con serenidad, tino y aplomo la gestión de las situaciones más complicadas.

Cuando la naturaleza ruge suele hacer un ruido escalofriante, que camina a caballo entre el miedo, el terror y el pánico, aunque en ocasiones suele agitarnos más el silencio y la soledad del poder. Hay quienes en su tarea de muchos años vuela en unos minutos, y al día siguiente quedará como un breve capítulo de la historia.

En los últimos meses hemos asistido a todo tipo de situaciones de personajes relevantes y estrafalarios. Así la ex canciller alemana Angela Merkel nos dijo adiós en su momento, y dejó la Unión Europea y Alemania ante un desafío inédito y el socialdemócrata Olaf Scholz es el actual canciller, con su eficacia sin estridencias.

Dentro de la agitación y la división independentista se quiere recuperar un discurso que forma parte del pasado y tiene muy poco futuro, salvo el de hacer mucho alboroto sin ninguna utilidad, pero en una actitud irresponsable se pretende condicionar el futuro de Cataluña y España.

Vivimos en unos momentos duros y complicados, en el que a la derecha le interesa formar mucho ruido e intentar deslegitimar, no al Gobierno, que sería grave, sino al País y a las Instituciones, y hay que procurar por todo los medios que la política gane cada día más espacio frente a la justicia.

Entre el jaleo, el barullo y el vocerío, no nos debemos perder en los cuentos, a las orillas del mar ni al pie de las montañas. Danzamos con pasión y tradición, y lo hacemos por necesidad, y debemos intentar reflejar el estado espiritual e intelectual de nuestro tiempo.

Cuando nos apabulla el ruido de los personajes y los acontecimientos, no debemos dejar que derritan nuestros corazones, sean como decía Víctor Hugo, de piedra o de madera. Feijóo nos ha hecho perder un mes buscando apoyos para su investidura que no tenía, y no logra zafarse de las redes de VOX, especializado en choques y enfrentamientos y en resucitar el infierno de las dos Españas.

El ruido zarandea la escena política, y eclosiona la digitalización provocan nuevas formas de organizar nuestros trabajos, multiplicándose la robotización de las empresas por cuatro entre 2010 y 2023, y un mayor peso del Estado acentúa la crisis de la globalización, entre lo saludable y lo sostenible.

Frente al revuelo y las discordias, la buena imagen que nos hayamos ganado a través del tiempo será fundamental para que la gente nos perciba como ganadores y no como perdedores. No nos quedaremos cortos al comprobar que la diversidad de cualquier plantilla o equipo es amplia, y que siempre tendremos a manos la flor de los privilegios para olerla, y encontrar la fórmula perfecta para que todos nos conozcan.

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