La JMJ fue presentada ayer en Cuidad del Vaticano por el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela; el presidente del Consejo Pontifico para los Laicos, Stanislaw Rylko; el obispo auxiliar de Madrid, César Franco; y el secretario del Consejo Pontifico para los Laicos, Josef Clemens.
Rouco Varela recordó que en la última JMJ celebrada en 1989 en Santiago de Compostela (España) “los jóvenes estaban más lejos de la Iglesia que hoy” al estar más influidos entonces por el fenómeno del 68, mientras que actualmente “piden más cercanía porque se sienten desamparados” por la crisis, la confusión y la falta de valores.
En los preparativos de la JMJ de 2011, cuyo lema será Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe, se están volcando la sociedad y las autoridades españolas , afirmó Rouco.
Una acogida “entusiasta” por parte del Rey don Juan Carlos y de los Príncipes de Asturias y un apoyo “claro” del Gobierno de España que se ha mostrado “muy abierto y generoso” así como la Comunidad de Madrid.
El arzobispo de Madrid explicó que se ha creado un Comité de Apoyo formado por Presidencia de Gobierno, Presidencia de la Comunidad de Madrid y Archidiócesis de Madrid para coordinar el entramado logístico del acontecimiento.
Dijo que la Iglesia española sólo ha pedido a las autoridades que preste instalaciones de acogida para los jóvenes, el aeródromo de Cuatro Vientos y la plaza de Cibeles de Madrid, además de facilitar “exenciones fiscales” a las empresas que patrocinan el acto.
La JMJ también cuenta con el “apoyo de todos los grupos políticos”.
Los presupuestos -afirmó Rouco- serán “sobrios y estrictos, que se correspondan con la actitud de crisis económica”, aunque el obispo auxiliar de Madrid, César Franco, adelantó que rondarán entre los 47 a 54 millones de euros “pero intentaremos bajar al máximo todo”.
Entre las empresas que patrocinarán el acto religioso están el Banco Santander, Bankinter, El Corte Inglés, Telefónica, Endesa e Iberia.
Las instituciones han creado la cuota de solidaridad de diez euros que va destinada a ayudar a los jóvenes del tercer mundo para que viajen a Madrid.
“El pueblo de Dios también se moviliza” y las gentes sencillas están aportando sus dineros para contribuir a las jornadas, matizó el obispo auxiliar de Madrid.