El informe presentado en Rabat por HRW afirma que “las fuerzas de seguridad detienen arbitrariamente a manifestantes y presuntos activistas saharauis, a los que golpean, torturan y obligan a firmar confesiones policiales incriminatorias”.
Asimismo, denuncia que las leyes que penalizan los ataques contra la “integridad territorial” marroquí se utilizan en la práctica para “silenciar a la población” y constituyen una violación de los derechos a la libertad de expresión.
“Esa legislación es contraria a los compromisos internacionales adquiridos por Marruecos”, afirmó la directora para Oriente Medio y Norte de África de HRW, Sarah Leah Whitson, en una conferencia que no estuvo exenta de tensión protagonizados por periodistas y activistas marroquíes.