Livni afirmó que el “objetivo estratégico” de su futuro gobierno será “derrocar el régimen de Hamas” por medios militares económicos y diplomáticos. Sin embargo, no quiso poner fecha a estos objetivos.
Netanyahu, por su parte, pidió “una política de ataque más activa” y acusó al actual gobierno, liderado por el Kadima, de ser “demasiado pasivo”.
“Derrocar el régimen de Hamas es inevitable a largo plazo”, afirmó Netanyahu desde Sderot, donde se encuentra para visitar una de las viviendas afectadas por el lanzamiento de cohetes caseros desde la Franja de Gaza.
Las milicias palestinas han disparado casi 60 cohetes y proyectiles de mortero contra el territorio israelí desde que el viernes pasado finalizara el alto el fuego tácito pactado entre Hamas e Israel, según el Ejército hebreo. Mientras, un miliciano palestino murió el sábado por la respuesta militar israelí en la Franja.
Las declaraciones de Livni y Netanyahu ya han recibido respuesta desde la Franja. El primer ministro del gobierno de Hamas, Ismail Haniyeh, aseguró que “nada puede acabar con nuestro pueblo”.
En otro orden de cosas, el Gobierno israelí se mostró ayer dividido ante la disyuntiva de lanzar una operación militar masiva en Gaza o limitarse a bombardeos puntuales, tras el fin del alto el fuego con el movimiento islamista Hamas.
En la primera reunión del consejo semanal de ministros desde que el pasado viernes expirase la tregua en la franja palestina, los miembros del Ejecutivo se culparon unos a otros de la actual situación. En los últimos tres días las milicias palestinas han lanzado más de cuarenta cohetes artesanales y proyectiles de mortero.