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Viernes 15/11/2024
 

San Fernando

Vinieron los Príncipes, Fernández de la Vega y el Parlamento

Los proyectos vendidos en las elecciones de 2003 siguen sin terminarse

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  • El Príncipe de Asturias pronunció el discurso oficial del 24 de Septiembre en el Real Teatro de las Cortes -
Se aprobó provisionalmente el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y se le dio un empujón al Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico (Peprich) a falta del Catálogo. Salió adelante -salvo buen fin porque falta el informe vinculante del Ministerio de Defensa- el Plan Especial de Reforma   Interior (PERI) para los terrenos de Fábrica de San Carlos y se volvió a aprobar, esta vez con los votos del Partido Andalucista y el Partido Popular, el Proyecto de Delimitación de los terrenos de Punta Cantera, ese que ha hecho que Defensa diga que no quiera ni oir hablar de San Fernando y que tiene amenazados a los pequeños propietarios con una “futura hipotética expropiación”.

Eso fue en términos generales el año plenario de la Corporación, con sesiones exasperantes en las que Gobierno y oposición han repetido los mismos argumentos hasta la extenuación, todos ajustados al mismo guión.

Por lo demás, los grandes proyectos que estaban pendientes como el Parque de la Historia y del Mar no sólo no tiene fecha de apertura sino que va a tragarse un millón y medio de euros más con cargo a los Fondos de Inversión Local, conocidos como Plan Zapatero, para ver si se puede abrir algún día y el Centro de Congresos del cine Almirante ha necesitado 600.000 euros más, también con la intención de acabarlo, se supone que con vistas al 2010.

Otros proyectos de menor calado, como los clubes náuticos de Puente de Hierro y Gallineras, han corrido distinta suerte, porque mientras el primero sigue avanzando, el segundo está parado y se asegura que se volverá a licitar en los primeros meses del año en curso. Y ya, para rizar el rizo del más de lo mismo, el equipo de Gobierno ha resucitado el proyecto del Parque Periurbano del Cerro de los Mártires -obviamente con fondos estatales del Plan de Inversión Local- pero limitado a una cuarta parte de lo que se prometió en las elecciones de 2003, con exposición incluida, y que se iba a hacer con unos fondos administrados por la Diputación que luego se fueron para un proyecto de Villamartín siendo vicepresidente de la Institución provincial el actual alcalde de San Fernando, Manuel María de Bernardo.

Inundaciones

Otra de las cosas que han seguido mal este año que pasa son las inundaciones de Gallineras, cada vez más graves habida cuenta de que el aumento del número de viviendas en el Sector III desvía las escorrentías naturales, y para una vez que se deciden a hacer una obra de envergadura por la vía de urgencia aunque con varios meses de retraso, la empresa tiene problemas económicos y para las obras dos veces hasta el punto de tener que rescindirle el contrato y volver a licitarlas. Eso sí, no antes del mes de febrero del año que viene.
   
Lo que sí ha comenzado a funcionar bien es el Bicentenario de las Cortes, aunque no habrá Ayuntamiento terminado para 2010, ni hotel con encanto dieciochesco en la Casa Lazaga, ni puente Zuazo terminado. Para empezar, el 24 de Septiembre pasado estuvieron los Príncipes de Asturias en San Fernando y luego han estado la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega y el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, viendo la iglesia Mayor donde se van a invertir 600.000 euros y donde se les enseñó el proyecto de recuperación del entorno de Puente Zuazo. Además y aunque con retraso, hubo una sesión del Parlamento andaluz en el Real Teatro de las Cortes.
   
Sin embargo, el acontecimiento del año ha sido el comienzo de las obras del tranvía y la apertura al público del primer tramo. Ha sido y seguirá siendo la obra capaz de dinamizar, si no la economía, sí a la opinión pública que sigue dividida entre sus bondades y maldades. Sean los que están a favor o los que están en contra, lo cierto es que no hay indiferencia.Fíjense, precisamente en una ciudad en la que la indiferencia es moneda de curso común.

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