Reuters ha tenido acceso a los nuevos detalles revelados en la autopsia que se ha practicado a Whitney Houston. Ha quedado de manifiesto que el estado de salud de la artista era francamente delicado por culpa de sus adicciones.
Los médicos forenses encontraron en el cadáver de la cantante marcas de agujas, así como varios cortes y quemaduras superficiales en su piel.
Además, los especialistas se percataron de que Houston había perdido el pelo de sus cejas y de su cabeza y que para ocultarlo utilizaba una peluca.
Estas evidencias afianzan la hipótesis de que, a pesar de su mil y un intentos por rehabilitarse, la cantante sufría en su cuerpo los estragos de una vida marcada por las adicciones.
Estos detalles sobre la autopsia se suman a los arrojados por el informe policial que expone que en la habitación de la diva había "polvos blancos" sin especificar.
Uno de los miembros del personal de Whitney fue quien encontró el cuerpo sin vida de la artista, boca abajo, flotando en la bañera con agua caliente. Los detectives se percataron de que de la nariz de Houston salía un pequeño reguero de sangre, fruto de la perforación de su tabique nasal.