"El agua parece un recurso sin fin, sin embargo el agua dulce, que necesitamos para vivir, es sólo el 2,5% de todo el agua que existe en nuestro planeta. De este porcentaje más de la mitad está congelada y otra parte se encuentra en acuíferos de difícil acceso, por lo que sólo una mínima parte es agua potable". Así explican los miembros de la plataforma Apemsa no se vende su reivindicación del pasado sábado en la concentración celebrada en la calle Luna.
Confirman que "para las grandes empresas se trata, por tanto, de un bien material demandado y escaso con el que se puede obtener grandes beneficios. Comenzaron a hacer negocio en países en vías de desarrollo y ahora están aprovechando la situación de crisis en nuestro país para ofrecer dinero rápido a municipios endeudados a cambio de gestionar su distribución".
Sin embargo, "los ingresos por la venta son nimios comparados con los inconvenientes. Por ciudades donde se ha llevado a cabo la privatización de la gestión del agua sabemos de sus consecuencias: falta de políticas de ahorro en el consumo; subida de tarifas; despido de trabajadores; desviación de beneficios que no repercuten en mejoras para la ciudad. Por estos motivos y gracias a la presión social en Madrid se ha evitado por ahora malvender la sociedad Canal de Isabel II, por ejemplo".
Así, aseveran que "como ciudadanos tenemos la responsabilidad de conservar, cuidar, y defender este recurso básico para la vida, el agua es parte de nuestro patrimonio natural y no una mercancía para enriquecimiento de unos pocos".