La entidad ve deplorable y viejas las instalaciones de trabajo de policías y guardias civiles
Al colectivo también le ha sido grato saber que el diputado nacional socialista Salvador de la Encina “está haciendo gestiones para traer 36 policías a Algeciras, como también debe plantear los más de 30 policías del relevo que abandonarán ahora La Línea y, junto a ellos, la demanda que se viene haciendo de guardias civiles para que puedan controlar más de una cola en la salida de Gibraltar a La Línea”.
Asimismo, Ascteg opina que, “tras el positivo y voluminoso resultado del año anterior de movimientos y trabajo en la frontera La Línea con Gibraltar, donde se superan los nueve millones y medio de visitas, casi cuatro millones de vehículos, de los cuales 9.800 eran autobuses, son más que significativos como para que cambie la situación en la frontera y se actualice a la altura del excesivo trabajo que genera, lo que debería significar que en todo momento haya efectivos de la Guardia Civil y policías nacionales como para que nunca se vean mermadas las líneas de entradas y salidas de vehículos, que originan colas tan denunciadas por nuestra asociación, ni que los agentes tengan que trabajar tan estresados y en tan pésimas condiciones”.
Vergüenza ajena
No obstante, la entidad afirma sentir vergüenza ajena “al ver la diferencia en las dotaciones de policías gibraltareños y agentes del Customs y sus instalaciones a la entrada a Gibraltar, máxime cuando a la salida de Gibraltar ellos ni te controlan”.
Además, “haciendo números con los datos oficiales, resultan ser 26.200 entradas diarias o más de 40 personas por minuto en horas laborables, y por nuestra parte destacamos que si creyemos los datos estadísticos de Gibraltar, los trabajadores españoles en la Roca habrían hecho este año un millón de entradas (sin contar los no fijos, que podrían sumar otras 650.000), y a esto hay que sumar los vehículos señalados que no dan respiro al personal ni para estornudar. Y esto sólo habla de entradas, con lo que los números se duplican al incluir también la salida”.
Por ello, Ascteg afirma que “las instalaciones que usamos usuarios y trabajadores en esta frontera y donde tienen que pasar todas las horas de trabajo los guardias y policías, como garitas externas y techados metálicos, son deplorables, viejas, carentes de habitabilidad y poco prácticas y porque, a pesar de existir dos líneas de acceso y salida, éstas suelen converger en una la mayoría de las veces”.
