Corría el año 1948 cuando Alberto Durán Tejera, junto al prestigioso cirujano Luis Romero Palomo y otros destacados jerezanos como Juan Valencia y Vicente Fernández de Bobadilla, fundaron la desaparecida “Fiesta de la Vendimia del Sherry”, de la que Durán fue su comisario durante muchos años, desviviéndose siempre porque la misma fuese a más en cada edición, logrando así convertirla en un evento festivo de primer orden. Una fiesta que gozó de gran repercusión en los más importantes periódicos y revistas internacionales, y que atraería el interés por nuestra ciudad y nuestros vinos de políticos, embajadores, artistas, hombres de negocios, periodistas y famosos de todo el mundo, llegándose a convertir en la mejor promoción que nuestros caldos hayan tenido en toda su historia.
En 1980 la Fiesta de la Vendimia, como tal, celebraría su última edición. Pedro Pacheco, entonces alcalde, la defenestró en 1981. La antigua Feria y Fiesta de la Vendimia disponía, a partes iguales, de actos culturales y actos sociales con un coste para las arcas municipales mínimo, ya que los exportadores del Marco corrían con buena parte de los gastos, y con una Feria de unos cinco días de duración en el Parque González Hontoria. En el 81, el entonces alcalde decidió trasladar el protagonismo al casco antiguo, con una verbena cateta y pueblerina en el Mamelón. Jerez tenía las celebraciones de esta índole más antiguas de España y dejó el testigo a la localidad valenciana de Requena. Montilla-Moriles creó las suyas en 1974.
la tremenda mentira
“Por y para los señoritos de Jerez”, se decía que era la Fiesta de la Vendimia. A partir de esa frase se exterminó la misma. Craso error. La Fiesta de la Vendimia se vivía mucho antes de la Feria propiamente dicha. Había concursos de escaparates, había concursos de patios, aunque estos se fueron perdiendo cuando las casas de vecinos fueron desapareciendo, existían concursos laborales, desde los administrativos hasta los arrumbadores de las bodegas, había una gran cabalgata anunciadora, una feria en el real del González Hontoria, corridas de toros, la Fiesta de la Bulería..., aunque también existían muchísimos actos privados en las diferentes bodegas o actos literarios como la Gala Poética que precedía a la coronación de la Reina en el Teatro Villamarta que tenía un aforo restringido. Las fiestas privadas eran fiestas comerciales de las distintas entidades vinícolas, porque de lo que se trataba era de vender jerez desde un Jerez en fiesta. Era una feria y una fiesta, pero también era un intercambio comercial. De hecho cada año la Fiesta se dedicaba a un país y , en algún caso, a algún estado concreto como cuando se dedicó a California. De ahí esas fiestas privadas que muchas veces fueron objetivo de la crítica.
La pisa de la uva, en la entonces Colegiata, con el paseo posterior del mosto nuevo por toda la ciudad; la verbena de la Prensa que antecedía al comienzo de la Feria con la llegada de artistas importantes de la época. Eran eventos que estaban abiertos a todos y que no eran privativos de una clase social o de los bodegueros que, entre otras cuestiones, eran los que pagaban una fiesta que tenía una oficina permanente en la Casa del Vino, la Junta Oficial de la Fiesta de la Vendimia, que estaba trabajando todo el año en la promoción del jerez, un jerez que era parte fundamental de la vida económica de la ciudad y que buscaba no solo su promoción, sino la promoción de la ciudad como ha quedado expuesto con anterioridad
Jerez
No era solo una fiesta privada de la clase bodeguera
Concursos laborales, de patios, de escaparates, Verbena de la Prensa, cabalgata, toros, feria...
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