Francisco Serrano, juez de familia de Sevilla expulsado de la carrera judicial tras haber sido condenado por prevaricación al cambiar el régimen de visitas de un niño, ha asegurado hoy que prefiere "ser un abogado libre que un juez prisionero del miedo".
Sobre su nueva situación, Serrano ha dicho en una conferencia de prensa que el ejercicio de juez de familia se ha convertido en "una profesión de alto riesgo si no te sometes a las presiones del 'looby' de género".
El juez, que ha reiterado que si es preciso llevará el recurso contra su condena al Tribunal de Estrasburgo, presentará esta noche en Sevilla, acompañado por el periodista Carlos Herrera, su nuevo libro "La dictadura de género. Una amenaza contra la Justicia y la Igualdad" (Almuzara).
En la presentación intervendrán el ex ministro Manuel Pimentel, como presidente del Grupo Almuzara, y el abogado Ignacio de Juan Morón.
Sobre su condena ha recordado que la Audiencia de Sevilla refrendó su resolución, por lo que no pudo haber prevaricación, y ha añadido: "También condenaron a Jesucristo y a mí me han crucificado".
Serrano ha confesado haberse sentido perseguido desde que en 2009 Inmaculada Montalbán, vocal del Consejo General del Poder Judicial y presidenta de su Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, "dijo que yo no podría seguir siendo juez por unas declaraciones que hice en el ejercicio de mi libertad de expresión", contrarias a la ley integral contra la violencia de género.
"En esa persecución han entrado instituciones de tan alto prestigio como el Consejo General del Poder Judicial, la Fiscalía, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y el Tribunal Supremo", sobre el que ha dicho que "no se puede inventar los hechos probados por muy Supremo que sea".
Según Serrano, la normativa "de género" no ha logrado su objetivo de reducir los casos de violencia contra las mujeres porque "no se puede fomentar la cultura del odio para evitar la violencia", ni con "un derecho penal de autor que castiga al hombre por el hecho de serlo y considera a la mujer víctima e inferior por el hecho de serlo".
El exjuez, que ha defendido la custodia compartida y ha ironizado con la inexistencia en España de hombres que cuiden de sus hijos en igualdad de condiciones que sus parejas, ha asegurado sobre su nuevo libro: "Si hubiera seguido siendo juez no hubiera tenido libertad para publicarlo", lo que ha achacado a "esta dictadura disfrazada democracia con metástasis en todas las instituciones".
"La mujer es la principal engañada por la dictadura de género, que termina reconociéndola inferior en la relación de pareja, y ha dejado de estar bajo la tutela del marido para estar bajo la del Estado" con leyes como la integral contra la violencia de género, que ha calificado de "esperpento legal".
"El principal estereotipo sexista que hay que superar es que la madre debe ser quien cuide a los niños por ser mujer", con la consiguiente reducción de los padres al papel de "visitadores, periféricos, proveedores", ha añadido.