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Deportes

Una victoria con corazón y con premio

El corazón lo pusieron los jugadores desde el primer minuto y después casi lo pierden, porque el partido de Badalona fue mucho más retrasado

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  • DERROTA DEL BARÇA -

El Asefa Estudiantes consiguió una victoria con el corazón ante el Barcelona por 88-66, que además tiene premio, puesto que la derrota del Blusens Monbus permite a los colegiales participar en la Copa del Rey (Vitoria 7-10 de febrero).

El corazón lo pusieron los jugadores desde el primer minuto y después casi lo pierden, porque el partido de Badalona fue mucho más retrasado y tuvieron que sufrir durante más de quince minutos hasta que se supieron clasificados. Eso sí el Palacio de Deportes sufrió con ellos, porque casi medio aforo se quedó mientras se transmitía por megafonía la marcha del partido en Badalona.

La explosión final de júbilo se produjo cuando acabó el partido en Badalona y el Estudiantes se supo protagonista de la Copa del Rey.

Por lo que al partido se refiere, las imprecisiones fueron la tónica general de los primeros minutos de partido. El Estudiantes quiso ganar desde antes del salto inicial y esas ansias provocaron muchos errores, tanto en defensa como en ataque.

El Barcelona volvió a demostrar que es un equipo completamente distinto cuando no está su capitán Juan Carlos Navarro y se sumó a los errores, aumentando su inseguridad con el avance de los minutos.

Dos rechaces, dos bolas de suerte, permitieron al Estudiantes acabar con ventaja el primer periodo, 20-14.

El club del Ramiro siempre se crece ante Real Madrid y Barcelona, lo lleva en el ADN, pero esta pequeña ventaja actuó, además, como catalizador de ese sentimiento y en el segundo cuarto se puso de manifiesto.

Estudiantes creció en defensa, consiguió muchas recuperaciones con un Lucas Nogeira enorme, y el Barcelona se diluyó como un azucarillo minuto tras minuto, hasta casi rozar el ridículo.

Los colegiales aprovecharon esta pájara azulgrana para poner tierra de por medio en el marcador y marcharse al vestuario con 16 puntos de ventaja, 42-26, tras un parcial de 22-12, perfectamente explicativo de la inacción azulgrana.

Cualquier balón dividido, cualquier rebote favoreció a los colegiales por sus ganas, su ímpetu, su deseo y su corazón.

La vuelta a la pista no fue una catarsis para el Barcelona. De hecho, un minuto más tarde la ventaja local se había ampliado hasta los 22 puntos (48-26).

La leve reacción azulgrana apenas duró un par de acciones, un par de minutos. Después siguió el rodillo colegial, que amplió su ventaja hasta un casi increíble 60-33 (min.26), que obligó a Xavi Pascual a pedir tiempo muerto y apelar a la vergüenza torera de sus jugadores.

La degradación azulgrana alcanzó cotas no conocidas y llegó a ir perdiendo hasta por 34 puntos de diferencia, 69-35 (min.28.40). Al final del tercer cuarto, 72-43.

Un 0-7 de salida para los azulgranas en el último periodo fue casi una anécdota en el partido. Estudiantes volvió a tomar los mandos del juego, del ritmo del partido y con la victoria asegurada (80-54, min. 36) decidió que ya había cumplido con su deber.

Al final, 88-66 y un sólo equipo sobre la pista, un Estudiantes que será protagonista de la Copa del Rey

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