En su familia abundaban las Isabel, así que su madre decidió no ponerle este nombre tan corriente... Así pues, la llamaron Zenaira, aunque fue bautizada como María Zenaira. En realidad, ni ella misma sabe si su nombre tiene un origen árabe, pero sí que suena bien o al menos original.
La Molinera Mayor del Carnaval, elegida en el multitudinario acto celebrado hace una semana en el colegio Alfonso X El Sabio, nació el 27 de abril de 1992, el año de la Exposición Universal de Sevilla. Sus primeros estudios tuvieron por escenario el CEIP Maestro Juan Apresa; después el IES Alminares. La puntuación obtenida en las pruebas de Selectividad no le permitió estudiar Medicina, que hubiera sido su gran sueño “académico”, a pesar de haber sido una buena estudiante como acreditó su nota final de Bachillerato. Por ello se declinó por realizar los estudios de Enfermería, para lo cual se desplaza a diario a Jerez.
Cierto es que Zenaira intentó hace cuatro años ser molinera del Carnaval, pero entonces no tuvo suerte. Tenía por tanto “una espinita clavada”, como ella misma reconoce. Ahora no sabría decir qué ha visto en ella el jurado para elegirla, tal vez su carácter abierto y sobre todo su espontaneidad, una cualidad de la que presume y que hemos constatado a lo largo de esta entrevista. No obstante, el Carnaval, junto con la Feria de San Miguel, es su fiesta favorita de cuantas se celebran en el particular calendario de Arcos, sin por ello dejar de gustarle la Semana Santa y otras manifestaciones populares.
Dentro del Carnaval, admite que su mayor alegría es disfrutar con sus amigos del Carnavalito del casco antiguo, el cual, desde su punto de vista, recoge la esencia de la fiesta carnavalesca, incluso más que la multitudinaria cabalgata oficial, de la que critica que la mayoría de participantes acabe literalmente borracho al poco tiempo de partir el cortejo desde el Barrio Bajo... Así, aún no ha decidido de qué se disfrazará este año durante el Carnavalito, porque sabe que el día de la cabalgata oficial le tocará compartir inexorablemente carroza con sus compañeras damas y molineras infantiles.
Entre sus recuerdos, siempre llevará por dentro el momento en que fue elegida Molinera Mayor. Fue un acto donde se lo pasó en grande y en el que se sintió muy arropada, aplaudida y, en definitiva, querida por parte de las numerosas personas, amigos y familiares, que la acompañaron para la ocasión. Como curiosidad, Zenaira no comentó nada a sus padres, que se enteraron de su elección el día después del acto, aunque no llegaron a enfadarse...
En su familia, tiene una hermana menor de 16 años que también quiso ser molinera, y que a buen seguro tendrá su oportunidad en otra ocasión cuando supere la vergüenza que estas citas suelen originar en las personas.
Como joven, encuentra en Arcos una buena ciudad para divertirse, en lo cual tiene mucho que ver -explica- la cantidad de buenos establecimientos que existen, siendo sus favoritos El Gallinero o el Gothan.
Entre sus proyectos laborales está trabajar en el futuro como Enfermero Interno Residente (EIR), una especie de MIR pero que dura dos años. Eso parece que tiene salida laboral -explica-, “pues mientras que se trabaja se está cobrando algo”. Zenaira tendría esta opción o marcharse al extranjero, que no desearía. No obstante, una amiga se marcha fuera con una beca Erasmus, lo cual parece entusiasmarle.
Entre sus aficiones, le gusta cantar, sobre todo el privado por aquello de la vergüenza, bailar, dar paseos por el campo para recoger espárragos y tagarninas, la lectura como terapia contra la fatiga de los exámenes y el rigor del verano, así como seguir descubriendo la provincia con su propio automóvil, aunque para ello haga falta un dinero que tampoco le llega... Tiene Twenty y wasap que utiliza para comunicarse con los amigos.
Ya se muestra muy ilusionada con su proclamación como Molinera Mayor, que tendrá lugar este viernes en la plaza del Cabildo. También piensa en el bonito traje de gitana que le regalarán y que podrá lucir la próxima feria...
