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Sábado 23/11/2024
 
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España

Urkullu defiende una consulta legal y pactada como en Escocia

Afirma que llamó a Rajoy porque estaba "preocupado" por la política de Interior, pero "no contestó"

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El lehendakari, Iñigo Urkullu, defiende que Euskadi pueda realizar una consulta "legal y pactada como en Escocia", a la que no pone "plazos" y destaca que él, como presidente de la Comunidad Autónoma, no es "quién pueda decidir ni tan siquiera decir si en 2015 va a haber o no una consulta", ya que "todo depende de los grupos parlamentarios".

   En una entrevista concedida al diario El Correo, Urkullu afirma que no está dando 'largas' a la fecha de la consulta, después de que apuntara que aspiraba en 2020 a una Euskadi en paz y habiendo ejercido el derecho a decidir. "¿El que yo diga cómo me gustaría que fuera Euskadi en 2020 significa que tenga que esperar a 2019 para conseguirlo?, no", asegura.

   El lehendakari señala que va a haber que "trabajar mucho" para que en 2015 se pueda alcanzar un acuerdo sobre un nuevo estatus político que se pueda refrendar en una consulta.

   Urkullu indica que "lo más rico" que se puede plantear es un acuerdo en una institución para que pueda ser refrendado por la sociedad. "Pero, para eso, hace falta voluntad y parece que, en estos momentos, no hay voluntad por parte de todos", señala.

   A su juicio, hay que empezar "con el primer paso", que es constituir una ponencia sobre esta cuestión. "Yo no soy como lehendakari quién pueda decidir ni tan siquiera decir si en 2015 va a haber o no una consulta. Todo depende de los grupos parlamentarios", asegura.

   Urkullu afirma que no pone "plazos", aunque le gustaría que fuera en 2015 en cumplimiento del programa electoral y de su "programa personal", pero afirma que no está sujeto "a la voluntad exclusiva del lehendakari ni del PNV, en la medida en que planteamos un camino a recorrer en la búsqueda de un acuerdo".

   "Y a partir de ahí, una consulta, sí. Una consulta legal, absolutamente democrática y pactada, tomando como referencia el referéndum que va a tener lugar en Escocia el 18 de septiembre del año que viene", apunta.

   Urkullu afirma que respeta "absolutamente" el camino de Cataluña y señala que es una "referencia, pero una más". A su juicio, el Gobierno español "se puede mirar en el británico y eso puede servir para Cataluña y para Euskadi desde el respeto a los hechos diferenciales de las nacionalidades históricas".     RAJOY

   Respecto a la relación con el Gobierno central y preguntado por si la nueva interlocución con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha cambiado 'drásticamente las cosas' tras su "decepción" por la postura de Mariano Rajoy, asegura que "no diría que drásticamente", y manifiesta que el hecho de que se haya alcanzado un acuerdo sobre la reforma local "no quiere decir que ahora todo es vino y rosas".

   Iñigo Urkullu mantiene lo que dijo en su día y es que la relación en las formas es "muy correcta", pero hay una "falta de resultados". El lehendakari indica que existe un "silencio absoluto" sobre la convocatoria de una Junta de Seguridad y sobre las inversiones en Euskadi.

   "No nos gusta el proyecto de ley de acción exterior, no hay una proyecto conocido en paz y convivencia, la LOMCE invade competencias. Sí hemos trabajado en una interlocución que vaya más allá de las buenas maneras y dé sus frutos. Veremos si tiene su continuidad, ojalá que sí", añade.

   Urkullu indica que existe el hilo telefónico directo con Rajoy, pero asegura que no sé si se mantiene. En este sentido, explica que intentó hablar con él cuando estaba viajando a Japón y no pudo. "Tendrá constancia de mi llamada", apunta.

   El lehendakari manifiesta que le llamó para realizar un repaso de la situación, ya que estaba "preocupado" en aquel momento por la política del Ministerio del Interior y también por otros acontecimientos como la operación de Herrira. Urkullu señala que había venido el ministro y "no había tenido la deferencia de hablar con la consejera de Seguridad".

   En relación al proceso para la paz, afirma que le preocupa que se pueda seguir avanzando, pero no cree que haya "riesgo de retroceso" por parte de ETA, al advertir un "compromiso absoluto" por parte de la izquierda abertzale.

   El lehendakari cree que sí hay un "bloqueo" en un asunto en el que algunos "priman no el beneficio de la sociedad vasca en su conjunto, sino el concepto de victoria, derrota o humillación".

   Iñigo Urkullu exige un gesto de desarme y una lectura "crítica" del pasado, pero también pide al Gobierno una "flexibilización" de la política penitenciaria", ya que, a su juicio, las posiciones en el PP se están "enquistando".

   El lehendakari no pone un paso por delante de otro, ya que, en su opinión son "dos caminos convergentes". Urkullu cree que todos pueden dar pasos en el camino hacia la normalización de la convivencia, pero considera que quien puede "acelerar esos pasos" es el Gobierno central. En este caso, cree que el juicio por el caso de las 'herriko tabernas' puede ser una "buena prueba de fuego" para ver cómo actúa la Audiencia Nacional.

PLAN DE PAZ Y CONVIVENCIA

   Respecto a su Plan de Paz y Convivencia, afirma que no busca los apoyos políticos, sino "un plan de paz lo más integrador e incluyente posible". Urkullu se muestra convencido de que "en la intimidad y en lo privado algunos de los grupos que ahora se pronuncian de manera absolutamente crítica estarán dispuestos a seguir con esa guía de referencia".

   Tras los acuerdos con PSE-EE y PP, se felicita de que hayan sido capaces de alcanzar consensos tras "años de frentismo" y afirma, no obstante, que, a pesar de la minoría de su Ejecutivo, han hecho "muchísimas cosas que ningún otro gobierno se ha atrevido a hacer".

   Urkullu cree que el eje entre nacionalistas y no nacionalistas vascos y el de derechas e izquierdas "van cayendo y esos es bueno". En relación a la izquierda abertzale, cree que tendrán que hacer, "como los demás, su análisis y su autocrítica".

   "Y no solo la que le exigimos con respecto a su pasado condicionado por la práctica del terrorismo y la justificación de la violencia, sino también por un modelo de gestión que respeto pero que no tiene parangón en la UE y por su autoexclusión. No puede imputarse al lehendakari o al PNV el no querer tener relación, que la queremos", asegura.

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