Desde su nombramiento como directora general de Industria, Energía y Minas en junio de 2012, sobre María José Asensio ha recaído una de las labores del Gobierno andaluz más difíciles, pero a la vez importantes y apasionantes por lo que puede suponer para muchas comarcas onubenses en materia de creación de riqueza y empleo, como es la reactivación de la Faja Pirítica.
¿En qué punto se encuentra la minería en Huelva?
–Si hay que resumirlo en una palabra, yo diría que en un punto de entusiasmo, porque ya el mundo minero está pendiente de esta provincia y su faja pirítica. Y eso significa que tenemos no solo lo que tenemos, sino además grandes expectativas y empresas pendientes de lo que pasa aquí.
¿Qué pasos está dando la Junta de Andalucía en este sentido?
–Creo que muchos. En primer lugar cambiar la posición de la Junta respecto de las empresas. Y es que dada la complejidad de los proyectos mineros en lugar de sentarnos frente a las empresas, lo estamos haciendo junto a ellas. Es mucho más operativo trabajar de la mano que unos frente a otros.
¿Qué va a suponer para Huelva, especialmente para sus comarcas más deprimidas, el arranque de proyectos mineros?
–Esta provincia ya sabe lo que pasa cuando los proyectos mineros se activan, y es que suele pasar una cosa muy buena, como que se activan todas las comarcas implicadas desde el punto de vista económico y de creación de bienestar, de rentas y de empresas auxiliares. Y es que hay que tener en cuenta que el minero es el sector más tractor de la economía en general, incluso más que el de la construcción. pero también sabemos que pasan cosas malas, fundamentalmente desde el punto de vista ambiental y social. Y precisamente para evitar estas cosas malas es para lo que nosotros estamos trabajando desde la Junta de Andalucía.
Cómo directora general de Minas, ¿cómo defines el momento que te ha tocado gestionar en esta materia?
–He tenido mucha suerte. Es muy difícil hacer cosas. Por ejemplo es más complicado para mi actualmente hablar del sector de la industria porque la dificultad de la minería radica en gestionar la actividad, y en el industrial es fundamentalmente gestionar la destrucción de actividad. Todo es complicado, pero lo segundo además es muy desagradable.
La Junta ha presentado el segundo concurso de derechos mineros en Huelva en lo que llevamos de 2013...
–Forma parte de otra de las cosas que estamos haciendo y que consideramos muy importante: estamos haciendo un trabajo ingente con el objetivo de la puesta al día de todos los registros mineros de Andalucía, que es básico para evitar dificultades empresariales a la hora de poner en marcha un proyecto. Y por su importancia, estamos acometiendo esa tarea a marchas forzadas y de hecho en solo un año hemos caducado 500 registros mineros en Andalucía, lo cual es una barbaridad, y hemos sacado ocho concursos en toda la comunidad Autónoma, dos de ellos en Huelva. Buena muestra de la importancia de esto es que el sector lo está acogiendo con buena actitud.
¿Qué se ha conseguido con el primer concurso minero que la Junta sacó en 2013?
–Fundamentalmente dos cosas. Primero que las empresas que ya existían se consolidaron respecto a la investigación minera. Y en segundo lugar que han venido nuevas empresas que están investigando en nuestra provincia. En total las empresas están invirtiendo casi 6 millones de euros en investigación.
¿En qué punto se encuentra el proyecto de reapertura de la Mina de Riotinto?
–Tenemos muy buenas minas en Huelva, pero hasta que reabra Riotinto no será cuando podamos decir que la minería ha regresado a Huelva. Es un proyecto emblemático para el mundo minero a nivel internacional por su historia y significado. Una vez se resolvieron hace un año las dificultades empresariales se ha rehecho practicamente por compleo, sobre todo por el tema de la gestión de los residuos para que se cumplan todas las exigencias de la administración y solo queda que finalice el trámite de la Autorización Ambiental Unificada (AAU), que está siendo largo por dos razones: por los periodos de información pública, que suelen ser de tres meses y no se pueden recortar; y en segundo lugar porque la propia AAU es la clave fundamental de este proyecto por los pasivos ambientales que arrastra, por sus dificultades por la gestión del agua, y Medio Ambiente tiene que hacer una AAU muy fina. Pero mis noticias son que yo espero comernos los turrones con eso resuelto, si no poco le va a faltar, y yo no espero ninguna sorpresa.
¿Qué supondrá la puesta en marcha del proyecto de Riotinto para la comarca de la Cuenca?
–Supongo que en términos de empleo directo no tanto. Quizás estemos hablando de unos 300 empleos directos, que no parece mucho pero sí lo es en una comarca con relativamente poca población. Por otra parte sí será muy importante en términos de empleo indirecto. Pero fundamentalmente disparará la actividad económica en el entorno de la comarca. El proyecto, además, tiene otra cosa importante, como son las posibilidades futuras que tiene la Mina de Riotinto.
¿Qué mensaje envía por tanto a los habitantes de la Cuenca, que llevan ya bastante tiempo esperando?
–En primer lugar siento que el proyecto haya sido el primero en saltar y que esté tardando tanto. Pero la gente sabe perfectamente que ha habido muchísimas dificultades empresariales que han generado mucho retraso. También siento que las expectativas iniciales se hayan convertido en ansiedad, y eso no lo hemos podido evitar y es la situación que hay. No puedo hacer otra cosa que entender que la gente de la comarca esté cansada de esperar a que ese proyecto sea una realidad. Pero lo que sí tengo claro es que quien no se puede cansar de esperar somos nosotros. Y es que somos conscientes de la importancia de que el proyecto salga adelante, porque cuando lo haga toda la provincia y el mundo minero van a estar mirando hacia Riotinto, con toda la actividad económica que eso puede generar. Pero sí es verdad que se trata del proyecto minero más complicado desde todos los puntos de vista, tanto físico como empresarial.
¿Es el Proyecto Riotinto el más complicado de sacar delante de la provincia de Huelva?
–Ten en cuenta que es una mina que lleva miles de años funcionando y ahora tenemos que asumir unas pasivos complicados desde el punto de vista físico y material. Otra cosa es que también ha habido muchas dificultades de carácter empresarial. Y por último este proyecto también nos está haciendo aprender muchísimo, y siendo que haya sido a costa de las espaldas de la Cuenca Minera, pero es verdad que hemos aprendido mucho, entre otras cosas darnos cuenta de arreglar el registro minero de Andalucía porque con un registro limpio, las cosas son mucho más fáciles. Espero que el sector empresarial también haya aprendido.
EMED Tartessus lidera indudablemente el proyecto. Quizás por su envergadura y por la responsabilidad que supone llevarlo a cabo se estén produciendo más retrasos si cabe, ¿no?
–Indudablemente una empresa que tiene un proyecto minero para una mina como Riotinto asume mucha más responsabilidad que en cualquier otro caso, pero es que esto es así: los activos y los pasivos que nosotros vamos a poner en manos de la empresa, nos negamos que sea la sociedad onubense la que vuelva a tener que asumir los costes de los pasivos y que la empresa se lleve los activos. Esto lo saben todas las empresas y ocurre en todas las minas antiguas, y en el caso de Riotinto es el primer caso de mina antigua que tenemos en marcha con estas condiciones que estamos poniendo. Pero va a ocurrir lo mismo con cualquier otra mina que sea antigua. Las empresas tienen que saber que tienen el mineral, y los inconvenientes de que esa explotación no se haya hecho en condiciones modernas.
¿Cómo son las relaciones entre la Junta y EMED Tartessus?
–Son las normales en el caso de una empresa que está gestionando un proyecto industrial de una grandísima envergadura. Otro proyecto industrial de este calibre no lo hemos conocido en Huelva probablemente desde la gran ampliación de CEPSA. Y con una empresa que te pone sobre la mesa un proyecto de esa envergadura, es todo mucho más fácil si hay una relación fluida, y es cierto que desde hace ya tiempo sí existe una relación fluida, lo cual quiere decir que podemos trabajar con comodidad.
¿Cómo ves el horizonte de la minería en Huelva a medio plazo?
–El problema de esta pregunta es que yo soy muy optimista. Sólo con un proyecto, que es el que tenemos actualmente en marcha como es el de la Mina de Aguas Teñidas, tiene unas 1.800 personas trabajando. Aproximadamente la mitad en la mina y la otra en el proyecto de ampliación de dicha mina. Además de la muchísima actividad que se genera alrededor. Eso sólo con un proyecto, pero sin querer tirar las campanas al vuelo, si tenemos de aquí a cuatro o cinco años, aunque sólo sean dos proyectos más en marcha, y creo que me estoy quedando corta, estamos hablando de pleno empleo en toda la faja pirítica onubense, que no tiene 6.000 trabajadores para poner a trabajar en proyectos mineros.