Agentes de la Policía Nacional y del Inspectorado General de la Policía Rumana han desarticulado un grupo organizado dedicado al tráfico internacional de cocaína, que trasladaban la droga desde Sudamérica hasta España, habitualmente litoral catalán o andaluz, oculta en embarcaciones de recreo. En total se ha detenido a 12 personas, seis de nacionalidad rumana en su país y seis en Málaga y Cádiz, tres rumanos, dos españoles y una mujer paraguaya. A todos ellos, que han pasado a disposición judicial, se les imputan presuntos delitos contra la salud pública y pertenencia a organización criminal.
Además, han sido intervenidos 78 kilos de cocaína, 100.000 euros en metálico, siete teléfonos móviles y abundante documentación relacionada con las actividades criminales.
La red disponía de un piso de alquiler en El Masnou (Barcelona), que hacía las veces de almacén y en cuyo registro se intervinieron 29 kilos de cocaína dispuesta para su traslado inmediato a Rumanía. Otros 49 kilos fueron interceptados por la policía rumana.
La operación se inició en octubre de 2012, cuando la Policía rumana detuvo a cinco personas, integrantes de un grupo de narcotraficantes, y les intervino 49 kilos de cocaína. Las investigaciones permitieron conocer que se trataba de parte de una remesa que había sido trasladada desde Sudamérica, a bordo de un velero con pabellón británico hasta algún puerto del litoral catalán o andaluz.
En ese momento comenzó la colaboración con la Policía española, que localizó la embarcación en el puerto deportivo de El Masnou (Barcelona), así como un piso de alquiler en la misma población, cuyo arrendatario era precisamente uno de los detenidos en Rumanía, y que era utilizado por los miembros del grupo como alojamiento temporal y almacén. En su registro se localizaron e intervinieron 29 kilos de cocaína dispuestos en paquetes rectangulares.
Residencia habitual en Marbella
Las investigaciones posteriores situaron a los integrantes del grupo de narcotraficantes en España en sus residencias habituales de Marbella, donde disponían de una casa utilizada como base de operaciones, y Jerez de la Frontera. Cada uno de ellos tenía asignada una función específica en labores de adquisición, transporte y distribución de la droga, existiendo entre ellos una marcada jerarquía.
La operación ha sido desarrollada por agentes del Grupo Cuarto de la Sección de Estupefacientes de la Brigada Regional de Policía Judicial de Barcelona y del Inspectorado General de la Policía Rumana, en colaboración con el Grupo Tercero de la Sección de Estupefacientes de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Málaga.