No visitará este sábado el Betis uno de sus campos talismán precisamente en términos globales. Todo lo contrario, si bien las estadísticas recientes en los últimos 20 años ante el Valladolid cambiaron radicalmente el factor histórico negativo que los verdiblancos vivieron en la década de los 80.
Así, el balance general en los 35 encuentros disputados entre béticos y pucelanos cada vez que se han visto las caras en el Nuevo José Zorrilla, favorece claramente a los blanquivioletas en más del doble. Esto es, 20 triunfos vallisoletanos, 6 empates y 9 victorias para el cuadro heliopolitano en dos categorías (Primera y Segunda) y por dos ocasiones en la Copa.
Sin embargo, en el cómputo total desde que se ambos equipos se enfrentaran en 1960 (0-1 para los verdiblancos), existen dos rachas diferenciadas en tiempo y forma que pone de manifiesto el giro de 180 grados que el Betis ha plasmado en Pucela.
Desde aquel triunfo inicial, Valladolid se convirtió en terreno inexpugnable para los sevillanos que encadenaron dos décadas sin lograr salir vencedor en ninguno de los envites litigados por sendas escuadras hasta la temporada 1994/95, campaña en la que la suerte bética permutó.
Nueve choques sin perder (siete victorias, dos tablas y tres puntos logrados con Lopera en los despachos por alineación indebida) hasta hoy y tres puntos que se hacen más vitales que nunca si el conjunto de Garrido no quiere verse más abocado si cabe al infierno del descenso que marca en estos momentos el bloque de Jim, cinco puntos por encima. Delicadísimo.
