Málaga es la ciudad más sucia de España mientras que su alcalde se transforma en un coleccionista de museos a toda costa y a todo coste. Son palabras textuales del portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, Eduardo Zorrilla. Son resultado de su particular balance de gestión municipal de 2014.
Derroche, improvisación, desigualdad y privatización. Son algunas de las palabras empleadas por Eduardo Zorrilla para describir la gestión del popular Francisco de la Torre y de su equipo al frente de la capital malagueña. Un balance, a todas luces negativo para el portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento.
Las elecciones municipales de mayo son la meta y, para llegar a ellas, con todos los objetivos cumplidos, el regidor ha iniciado una dura carrera de iniciativas y medidas extraordinarias, de acuerdo con el análisis del representante izquierdista.
La última es la de poner en marcha un plan de asfaltado de tres meses de duración, financiado con cargo de los presupuestos de 2015. Algo que, asegura, no se había hecho nunca y que es extraordinario.
Como extraordinaria es la situación de desigualdad de la población malagueña, desde el punto de vista de Zorrilla, quien considera que De la Torre gobierna para los turistas y se olvida de los malagueños. Una explicación que argumenta el abandono de barrios periféricos y la reducción del centro malagueño a dos o tres calles.
La elevada carga de impuestos que sufren los malagueños en tarifas como la de un bien básico como el agua es llamativa, según Izquierda Unida. Su portavoz recuerda que el cambio de sistema de tarificación ha perjudicado a la mayoría de los malagueños, tal y como ya auguró la formación pese a los desmentidos del Partido Popular.
Asimismo, se ha querido referir a la empresa mixta de limpieza Limasa. Una entidad que, considera, debería ser netamente municipal para ahorro de las arcas públicas de la ciudad y para mejoría de la limpieza de la capital.
Escándalos como la concesión de una explotación a una empresa que no contaba con la puntuación necesaria, el conocido ‘caso raquetas’, o los supuestos tratos de favor del servicio de grúa municipal a empresarios afines al Partido Popular no se han escapado al análisis de Zorrilla