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Miércoles 27/11/2024
 

Jerez

“Más que el miedo, lo que más se ha notado es la rabia”

Estaciones de metro cerradas, calles cortadas, policías armados custodiando la televisión en la que trabaja...El joven periodista sanluqueño Pablo Martínez nos relata desde París su experiencia ante los atentados terroristas de esta semana

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  • Militares ante la torre Eiffel -

Una “locura”;  una “película” pero de terror que ha durado tres días y ha superado cualquier ficción. Son algunos de los términos que ha utilizado esta última semana desde París Pablo Martínez Vega, periodista sanluqueño muy vinculado a Jerez, donde estudió, y de donde es su madre, para narrar en Twitter la última hora de la situación de máxima alerta que han vivido en Francia tras el atentado al ‘Charlie Hebdo’ y el despliegue policial movilizado para poner fin a esta pesadilla.


A este joven de 24 años que lleva tres viviendo en Francia, los dos últimos en París, la matanza a las 12 personas del semanario de humor satírico -entre dibujantes, periodistas, visitantes y policías-  le sorprendió trabajando como cualquier mañana más en NRJ12, una cadena nacional TDT, que desde el día del atentado ha estado custodiada por policías.

Ese día y el resto de la semana suspendieron la programación en directo, como hicieron muchas emisiones de entretenimiento. Por la noche, como cualquier ciudadano más, Pablo se echó a la calle, como volverá a hacer este domingo, para condenar los hechos. Todavía tenía por delante varios días de caos que alcanzaron su punto álgido el pasado viernes al mediodía, cuando en las operaciones desplegadas se cerraron los accesos a París y se suspendió el servicio público de trenes RER, sin contar con las estaciones de metros que había clausuradas.

“La gente no sabía cómo volver a casa”, explicaba el joven a este periódico, una situación que evidencia el caos que ha vivido este país en las últimas horas. Nada más ver la dimensión de los hechos su familia y sus amigos contactaron con él para quedarse tranquilos. “Estaban preocupados, pero saben que yo no trabajo en Charlie y que seguramente estaría en la televisión”, relata Pablo, cuyo domicilio está muy cerca  del semanario,  a apenas dos avenidas, en el mismo distrito. Han sido días que no se olvidarán, y en los que Pablo ha percibido todavía más rabia que miedo entre los ciudadanos. “El ambiente ha estado bastante enrarecido porque notas la presencia policial, los cortes de calles y el cierre de estaciones de metros. Trabajo en un medio de comunicación y hemos tenido a policías armados en la entrada”.

A nivel emocional, todos han quedado tocados, inclusive él. “Piensas en los compañeros asesinados y como trabajador en un medio de comunicación es triste pensar que te podría haber pasado a ti”. Pese a todo, en medio de esta “película” real este periodista se queda con la reacción masiva de los ciudadanos que la misma noche de los hechos se echaron a la calle en una concentración multitudinaria para condenar la masacre en la que los sentimientos estaban a flor de piel y de la que él  también fue testigo. Todos eran Charlie y así podía leerse en las miles de pancartas que se exhibieron con un mensaje claro: Je suis Charlie.

 “Fue espectacular ver a toda la gente, de diferentes razas, edades y religiones; cómo se echaron a la calle. El ambiente a pesar de la tragedia era casi bonito, de unión y de fuerza; en eso no hay quien gane a los franceses y seguro que alguna enseñanza positiva sacan de todo esto”,  dejando fuera, claro está, como resalta, las connotaciones políticas que seguirán a este trágico episodio. El sábado, por fin, poco a poco la normalidad regresaba a la rutina de Pablo y al resto de París.

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