El juzgado de instrucción 17 de Sevilla ha enviado al cementerio los restos óseos que los funcionarios localizaron mientras ordenaban los archivos de las estanterías.
En ese proceso, los funcionarios encontraron el pasado martes una caja de los archivos con una etiqueta en la que informaba de que en su interior había "restos óseos", han informado fuentes judiciales.
Tras abrirla, comprobaron que había restos humanos que fueron extraídos en 2007 durante unas obras en los aledaños de la catedral de Sevilla.
El juzgado ordenó al Instituto de Toxicología analizar los huesos y se determinó que tenían más de 50 años de antigüedad y que no presentaban ninguna anomalía, por lo que el caso se archivó.
Después de analizarlos, el Instituto de Toxicología devolvió los huesos al juzgado y se incorporaron a una caja en los archivos de la sede judicial hasta que el pasado martes fueron encontrados por los funcionarios.
Los restos óseos fueron trasladados por los servicios funerarios al cementerio para darles su tratamiento adecuado, han añadido las fuentes.
