La noche quedaba en calma, el levante se despedía del domingo con un quejío de salitre. La plaza del Faro volvía a engalanarse del duende que sólo puede conseguir el flamenco. Una guitarra acorde al evento se mostraba como un monumento en este festival que por derecho, ha vuelto por la puerta grande para disfrute y gozo de los barbateños y visitantes.
El Festival del Faro cumplía catorce ediciones, se recuperaba así un acto primordial para la cultura flamenca de Barbate. Cuatro años sin el evento flamenco en el Faro son muchos y como todo lo bueno, encontrándose en peligro de extinción, se rescataba del olvido cultural.
La noche flamenca nació en 1997, dentro de la programación que ofrecía “La semana del mar azul”, un programa de actividades que englobaba la gastronomía, el cine, las artes plásticas, el teatro o el flamenco, como bien pueden recordar muchos barbateños. En lo que se refiere al arte flamenco y a la Noche Flamenca, por el escenario del festival han pasado los Cantes del Mar Azul de Chano Lobato, Chato de la Isla, la Pitu de Cádiz, la Beli, Luis y José Corrales, Ramón Heredia, Juan Manuel Malia, los coros de Almadraba, Virgen del Carmen y La Amistad, el baile de Gema Rivera y los toques de Román Vicente, Chano Ramirez, Juanma, Francis, Cotita, Nono García, etc.
Presentó el acto Isidoro Alba, promotor del festival y responsable junto a la Delegación de Cultura, del retorno del evento en tan emblemático marco. Isidoro estuvo soberbio en toda la gala, transmitiendo desde la sabiduría y la pasión flamenca que desprende, el retorno de la gala y las presentaciones de los artistas que subían al escenario, un escenario que cambiaba de ubicación para comodidad del respetable. La plaza estaba “a rebosar”, como dirían algunos. El delegado de cultura Sergio Román, recitaba el poema “Flamenco te siento”, y daba el pistoletazo de rimas para que Ramón Heredia, junto al toque de Juan Ramón Jiménez, calentaran la noche con flamenco barbateño. Subió invitada Ana Valencia, que hizo temblar los cimientos del mismísimo faro con el torbellino de su baile. Le tocaba el turno a la sabiduría flamenca de la Beli junto al guitarrista Antonio Quirós, ambos de Barbate, les acompañaron la furia y la elegancia que desprenden al baile Ana Florido, y Francisco Javier López, que hicieron estallar los aplausos de los asistentes en más de una ocasión. A continuación, y llegado de Paterna, la virtuosa juventud de Diddier Macho, acompañaba a la guitarra al cantaor de Medina Sidonia Juanito Berrocal, que con unas malagueñas de antología se metían al público en el bolsillo desde el minuto uno. El asidonense inundó con su garganta no solo la plaza, también el paseo marítimo y hasta la mismísima Avenida del Mar. Remedios Reyes, de Chiclana, desembarcaba en Barbate con un cuadro jerezano que puso el broche de oro al espectáculo. La chiclanera cantó algunos pasajes a capela, la plaza del Faro enmudeció para escuchar a la cantaora, que recibió los aplausos y la puesta en pie del público en una noche donde el duende del faro salió de la vertical torre.
Despedía el acto Isidoro junto al delegado, agradeciendo ambos al público asistente y a los artistas por ayudar a recuperar un evento tradicional que devuelve a Barbate, otro trocito de historia robada.