La difusión de las instantáneas partió de la televisión australiana SBS, que supuestamente las compró en 2006 a raíz del escándalo de Abu Ghraib y decidió sacarlas a la luz ayer.
Las fotografías muestran a prisioneros desnudos y ensangrentados, a un hombre con un mensaje grabado en las nalgas que dice “Soy un violador” en inglés, a un prisionero esposado y babeante, otro con el cuerpo lleno de excrementos y otro colgado con la cabeza boca abajo y sin ropa, entre otras aberrantes imágenes.
La Administración Obama anunció el pasado miércoles que recurrirá la decisión de un tribunal de permitir la desclasificación de las 2.000 fotos, tal como había solicitado la Asociación Americana por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés).
La Casa Blanca alega que la publicación de las instantáneas podrían desencadenar una nueva ola de antiamericanismo en el mundo musulmán que pusiera en peligro la vida de los soldados estadounidenses allí destacados.
El nuevo escándalo llega en mal momento para el presidente Obama, después de que ayer anunciara el restablecimiento de las comisiones militares creadas por su predecesor, George W. Bush, para juzgar a presos sospechosos de terrorismo retenidos en el penal de Guantánamo, en Cuba.
Amnistía Internacional
Amnistía Internacional (AI) instó ayer a Estados Unidos y otros países a seguir el ejemplo de Francia y aceptar a presos que sean liberados de la cárcel estadounidense de Guantánamo (Cuba).
En un comunicado difundido desde su sede en Londres, AI se refiere el caso del argelino Lakhdar Boumediene, que llegó este viernes a Francia para ser acogido por familiares, tras permanecer siete años en Guantánamo sin cargos ni juicio alguno.
“El Gobierno francés ha dado un paso para ayudar a relegar a la historia el centro de detención de Guantánamo”, afirma Daniel Gorevan, responsable de la organización pro derechos humanos.
“Otras gobiernos deberían seguir el encomiable ejemplo de Francia”, subraya Gorevan, al incidir en que “es lamentable que EEUU siga fracasando a ese respecto”.
Amnistía calcula que “hasta 60 detenidos” en la prisión de la base estadounidense en Cuba “no pueden retornar a sus países porque correrían un verdadero riego de tortura y otras graves violaciones de derechos humanos”.