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España

Pardines, recordado por la Guardia Civil en el fin de ETA, pero casi olvidado en su pueblo de Malpica (A Coruña)

Su único hermano vivo pide que se respete el dolor que aún tienen y añade: "durante los primeros 30 años, nadie se acordó de nada"

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  • CALLE -

No es fácil encontrar a alguien que hable largo y tendido de Antonio Pardines en Malpica de Bergantiños, el pueblo natal de la primera víctima de ETA. Casi medio siglo después de su asesinato, su recuerdo se difumina en la memoria de los vecinos de esta villa costera de A Coruña. Cuando se pregunta, casi todos remiten a Manolo Pardines, el único de sus hermanos que aún vive y que llegó a ser alcalde del municipio entre 1991 y 1999 por el PP. Pero todos advierten de que es muy reacio a hablar del tema.

   "No quiere hablar, nunca se ha pronunciado sobre este asunto. En estas fechas ni siquiera coge el teléfono", avisan en el Ayuntamiento. Se comprometen, eso sí, a trasladarle el ofrecimiento de Europa Press a participar en el reportaje sobre la figura de su hermano. Una vecina del pueblo coincide: "con Manolo no vas a poder tocar este tema. Es un tema muy marcado para ellos. Imagínate, sales del pueblo para ganarte el pan y te matan. No quieren tocar el tema".

   Un amigo personal de la familia que prefiere mantenerse en el anonimato recuerda que hace unos años se celebró un homenaje por las víctimas del terrorismo y Manolo no quiso ir. "Yo discutí con él, le dije que debería haber ido", apunta. Desde otro comercio local remiten a una pensión del pueblo que regenta una prima de los Pardines, pero allí también declinan hacer declaraciones. "Cuando sucedió, yo sólo tenía siete años, tiene un hermano y su padre que aún viven", despejan.

LOS PARDINES, UNA VIDA DIFÍCIL

   Malpica de Bergantiños es un clásico pueblo gallego ubicado en la Costa da Morte, a 50 kilómetros de A Coruña y con 5.700 habitantes censados. Poco a poco sus vecinos van reconstruyendo el pasado de la familia. No tuvieron una vida fácil. La madre, Estrella Arcay, murió cuando los hijos eran pequeños. El menor de los tres hermanos, José Luis, falleció también por un infarto años después del asesinato de Antonio.

   El padre y el tío también eran guardias civiles y los tres hermanos se vieron obligados a abandonar Malpica siguiendo los destinos del cabeza de familia. "Cuando volvían al pueblo se quedaban en casa de un familiar en la calle Agros, en el centro del pueblo, ahora ese lugar es un garaje". "Antonio de crío jugaba mucho con mi marido, se criaron en El Ventorrillo (una zona del municipio), andaban todo el día calle arriba, calle abajo". "La casa familiar estaba a la entrada del pueblo", relatan los vecinos.

   Según cuentan en Malpica, la primera víctima de ETA "se hizo guardia muy joven y los otros dos hermanos empezaron pronto a trabajar en el Banco Pastor". En la citada sucursal bancaria del pueblo dicen que Manolo es una persona "muy conocida", pero tampoco se muestran muy partidarios a hablar. "Más que decirme por qué llama, le diría ¿qué necesita de nosotros o que me va a pedir?", responde tajante al teléfono un ex compañero de Manolo, ya retirado.

"HAN PASADO MUCHOS AÑOS"

   "Yo es que llevo aquí poco tiempo en este pueblo, aunque algo conozco el tema no puedo yo decirle nada porque no me siento capacitado sientiéndolo mucho. En la oficina ya no queda nadie que coincidiese con Manuel. Se conoce a toda la familia, en parte por ese desgraciado motivo, aunque ya han pasado mucho años. Por la ley de protección de datos yo no le puedo dar información", zanja.

   A pocos metros de la sucursal está la calle que el pueblo dedicó a Antonio Pardines, hoy "Rua de Xose A. Pardines Arcay". La placa, con bandera gallega, ofrece algunos datos: "Guardia Civil 1943-1968. Morto en servicio- 7 de Xunio". "Nadie sabe de quién es, nadie sabe quién es el guardia Pardines", declara pesimista otra mujer que define Malpica como "un pueblo que lo olvida todo, como España. La gente quiere borrar las cosas".

   Dice que ni la reaparición del nombre ahora tras la caída de la cúpula de ETA ha cambiado la situación: "Aquí no se ha hablado nada, yo por mi trabajo voy de reparto por el pueblo y no se ha hablado nada. No hay héroes". Otra vecina que prefiere que no trascienda su nombre "para no tener problemas con la familia" dice que los mayores de su edad "si saben quién es, pero los chicos ahora pasan de todo".

"ERA UN CHICO ESTUPENDO"

   Sí le recuerdan en cambio en el Restaurante San Francisco: "¡Ah! sí, sí, sí. Era un chico estupendo murió muy joven, yo le conocí, éramos amigos, era una persona entrañable, con muy buen carácter. Se hizo guardia civil joven, debió acabar el bachiller y ya. Era un chico estupendo".

   El alcalde, Eduardo Parga, avisa a Europa Press de que no puede hablar porque va a empezar una reunión. "No sé lo que va a durar, dos o tres horas". Finalmente accede: "bueno dime, pero es que yo de Pardines... soy muy nuevo para conocer. La familia es muy conocida y es de aquí, lo que pasa es que yo personalmente no puedo concretarte".

   Añade el alcalde que son una familia "muy querida". "Aquellos años que pasó eso fueron años duros. Por lo que se ve, lo que le pasó a él era porque estaba destinado en Bilbao". Pardines fue asesinado en Villabona (Guipúzcoa) cuando apenas tenía 25 años. No estaba casado ni tenía hijos.

DE PARDINES A CARLOS SÁENZ Y DIEGO SALVA

   El nombre de José Antonio Pardines Arcay ha vuelto porque la Guardia Civil nunca le olvidó. Fue el primero de los 209 guardias civiles asesinados por la organización criminal. Por ello su recuerdo estuvo presente en las pesquisas del Grupo de Información del Instituto Armado encargado de seguir los pasos de la última cúpula de ETA hasta el caserío Agorerreka, en el Sur de Francia.

   La operación que ha supuesto el golpe de gracia a la banda terrorista llevaría el nombre de Pardines. Para cerrar así un círculo de terror que empieza en este joven gallego en 1968 y termina en Carlos Sáenz y Diego Salva, los dos últimos guardias civiles asesinados por la banda en 2009.

   Finalmente y mediante gestiones entre los vecinos de Malpica, una persona que tampoco quiere figurar en este reportaje facilita el móvil de Manolo Pardines. El hermano de la primera víctima de ETA pide que se respete su dolor: "Mire por favor, eso es algo íntimo. Antes no se recordaba a nadie. Yo comprendo la labor de ustedes, pero sinceramente ustedes también tienen que respetar la postura mía y es no hablar, seguir con eso en mi interior, somos personas mayores, eso es cosa nuestra, queremos no exteriorizar este asunto".

   "Hace 47 años y los primeros 30 años nadie se acordó de nada. Ustedes no tienen culpa, la tiene la gente de aquella época, pero yo ahora les pido que, por favor, respeten el dolor que aún nos queda de esto que es muy fuerte". Preguntado acerca de si siente orgullo porque su apellido haya puesto nombre a la última operación contra ETA responde: "el orgullo ahora ya... el orgullo era tenerlo aquí y el orgullo es que no vuelva a haber más".

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