Para muchas personas, cuidar un pájaro (o decenas de ellos) es algo más que una mera afición, y se ha convertido en un modo de vida para tener a sus ejemplares en las mejores condiciones, lo que para ellos es casi una religión de cumplimiento diario.
Muchas de esas personas, procedentes de toda España, se han dado cita en estos días en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra, donde los trinos de unos 3.000 pájaros llegados de toda España se han podido escuchar este fin de semana en la XXXII de su Concurso Ornitológico, una de las competiciones de estas características con más prestigio del país.
Se trata de premiar a los mejores pájaros de España, reconociendo el trabajo que sus cuidadores hacen con ellos los 365 días del año, a la vez que supone una de las más grandes exposiciones de ornitología que se pueden ver en suelo español, con matices para destacar casi en cada una de las aves que se exponen.
Entre los expertos en ornitología que han acudido a Alcalá de Guadaíra se encuentra Manuel Jesús Santos, un enfermero sevillano natural de la localidad de Salteras, que ha conseguido sacar adelante "una afición que mi padre me inculcó de pequeño, y que ahora, ya con la suficiente independencia y tiempo, he conseguido sacar adelante".
Cotán ha presentado al concurso de Alcalá de Guadaíra un canario que se ha llevado el premio de mejor pájaro melánico (sin manchas), cumpliendo con la premisa de ser un ave que ha nacido en el mismo año en que se celebra el concurso, ya que su hembra campeona vino al mundo el pasado abril.
Como explica a Efe, "es una hembra negra amarilla mosaica, y ha quedado con 92 puntos, quedando a su vez primera en su propia gama, aunque el segundo con 91 puntos, también es un pájaro mío pero en este caso un macho".
Eso sí, nada es casualidad en este tipo de certámenes, porque cada pájaro que se presenta tiene detrás mucho trabajo, con cuidados como "una buena alimentación basada en una buena mezcla de semillas, fruta y verdura variada, a excepción de las que contienen beta-carotenos que pueden enmascarar el lipocromo real del pájaro".
"Antes de los concursos se les pone unas bañeras con agua y sales minerales para que se bañen y vayan limpios al concurso y familiarizarlos con el contacto humano para que no se muestren excesivamente ariscos y como no, solearlos para favorecer la oxidación de las partes córneas", señala Cotán.
Posteriormente, ya en casa, "volvemos a ponerles bañeras, alimentación variada y un aporte extra de vitaminas y aminoácidos para su recuperación después de varios días de estrés. A partir de ese momento empieza la selección de los reproductores y el emparejamiento de los mismos intentando siempre acercar a los ejemplares al estándar de cada gama", explica.
De hecho, su casa es como una gran jaula, al menos su azotea, con infinidad de jaulas con pájaros de todas las clases, tamaños y colores, donde parece imposible que Manuel Jesús conozca a cada uno de los ejemplares que cuida a diario.
Hasta el domingo, algunos de esos ejemplares se han dado cita en Alcalá de Guadaíra, gracias al trabajo de la asociación Algüira, que se encarga de la organización en la Caseta Municipal del recinto ferial de San Juan, a donde han acudido 160 coleccionistas aportando casi 3.000 aves concursantes.
Allí, se ve el resultado del esfuerzo en la cría de campeones durante todo el año, con el juicio sumarísimo de los jueces, que valoran cada pájaro con lupa para imponer las medallas finales a los ganadores.