A finales de noviembre de 2003 falleció María Josefa González, viuda de José Jesús García Díaz, quien junto con su esposo y sus hijos a medida que fueron creciendo, formó un grupo familiar enriquecido con numerosos amigos que dedicó parte de su vida a hacer realidad el sueño de los niños sevillanos, cada noche del 5 de enero. Hoy les recordamos con cariño y gratitud, pocos días después de la Cabalgata del Centenario.
Desde octubre hasta la víspera de la salida de la Cabalgata de Reyes Magos del Ateneo, Pepe García Díaz, como era cariñosamente conocido por los sevillanos, que también le bautizaron como Pepito Caramelo, su mujer, sus hijos, sus amigos, pasaban muchas horas metidos en el infrahumano pabellón mexicano de la Feria de Muestras Iberoamericana, en los Jardines de San Telmo, soportando fríos y goteras, recortando flores, pegándolas en las carrozas, enderezando puntillas utilizadas el año anterior, aprovechando al máximo cada peseta que llegaba de subvenciones y donativos de manos generosas, practicando una austeridad espartana que fue testimonio perpetuo de aquel hombre bueno, humilde, trabajador, dedicado a los demás en donde quiera que estuvo: en el Ateneo como secretario y presidente, en el Ayuntamiento como teniente de alcalde de Fiestas Mayores, Cultura y Cementerio, en la Feria de Muestras Iberoamericana como presidente, en la Compañía Sevillana de Electricidad como empleado, en la Hermandad del Santo Entierro como hermano mayor, en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, como colaborador.
Puso la bandera de Andalucía por primera vez en abril de 1975, en la Feria de Muestras y logró que el Ayuntamiento la alzara en febrero de 1977; convirtió la fosa común del cementerio en un jardín; hizo realidad el proyecto del alcalde Juan Fernández Rodríguez-García del Busto de trasladar la Feria de Abril a Los Remedios.
En la pasada noche del día 5 de enero, los niños de Sevilla, sus padres y abuelos también convertidos en niños, disfrutaron con la Cabalgata de Reyes Magos del Ateneo, fundada en 1918, y continuada luego por hombres de buen corazón.
Uno de ellos, José Jesús García Díaz, se incorporó a la organización del cortejo en 1941, como ayudante del pintor Juan Rodríguez Jaldón, sustituto anterior de Gustavo Bacarisas, otro genial artista vinculado a la Sección de Bellas Artes del Ateneo, donde surgió la idea luego capitaneada por José María Izquierdo.
En 1956, José Jesús García Díaz tomó el relevo como director artístico de la Cabalgata y estuvo hasta 1988, mientras tuvo fuerzas. La ciudad le concedió su Medalla de Bronce en 1968 y a finales de los años noventa le dedicó una calle, después de habérsela negado en 1982, cuando la pidió media Sevilla, como puede testimoniar Rafael Carretero, notario recopilador de las firmas y cartas de adhesión.