26 de abril de 1937. Guernica. Ésta fue la cabecera de la información publicada por el periodista de 'The Times' George Steer que recorrió el mundo entero y, probablemente, se convirtió en una de las crónicas más famosas de la historia del periodismo.
Esta mañana, el mismo día en que se cumplieron 79 años de este capítulo trágico de la Guerra Civil española, como fue el cruento bombardeo de las aviaciones alemana e italiana que masacró el municipio vasco, el Festival de Málaga Cine Español ha recuperado la memoria de este horror con la presentación de la película Gernika, dirigida por Koldo Serra, la primera que aborda el suceso de una forma monográfica.
El filme, que ha contado con un presupuesto cercano a los seis millones de euros y ha sido rodado en todos los idiomas de los personajes (castellano, euskera, inglés y alemán), a pesar de ser un “drama romántico” muestra la crueldad de la guerra, ha comentado en una multitudinaria rueda de prensa el realizador Koldo Serra. “Hemos querido ser fidedignos y rigurosos con este hecho”, ha agregado.
Eso sí, quisieron buscar un “ángulo original”, que fue el trabajo de los periodistas que cubrieron la contienda española, una labor que generó una batalla paralela, la “guerra de la información”, apuntó Carlos Clavijo, coautor del guión, que aclaró que Gernika ha contado una versión “más humanista” que ideológica, “sin bandos”, con la intención de que la “pudieran ver toda la gente”. “La película habla de personajes en el centro de una guerra y que no saben que sucederán cosas que van a condicionar su futuro”, ha añadido
Además, Serra ha relatado que la película nació en Málaga y se ha estrenado hoy en el Festival de Málaga. En este recorrido redondo del filme, la obra cumbre de Picasso, Guernica, está muy presente en esta cinta, que se rodó en poco menos de ocho semanas, según las palabras de Serra. “Sí o sí tenía que estar en el largometraje. Queríamos homenajearlo”, ha recalcado.
CRÍTICA
Una historia de amor ambientada en uno de los lugares que permanecen, 79 años después, en la memoria colectiva de medio mundo, el episodio bélico del municipio vasco de Guernica. Con estos mimbres, Koldo Serra se ha enfrentado a lo que ha sido y es, por ahora, su gran proyecto cinematográfico.
La megalomanía que acarrea recrear en imágenes cualquier conflicto de guerra que se presente y el colosal presupuesto que se disponía en este caso concreto, ha provocado que la película se convierta en una versión comercial más del cine de grandes épicas históricas.
Entretenimiento y diversión para satisfacer los gustos de todos los públicos priman en este discurso “humanista” sobre este terrible hecho. Así, muchas escenas que rememoraban los prolegómenos de la aviación alemana para preparar tamaña barbaridad son instantes calcados del filme de Michael Bay sobre los ataques en la II Guerra Mundial a Pearl Harbor, el particular Guernica para los norteamericanos.