Corea del Sur y Estados Unidos acordaron aumentar la presión sobre Corea del Norte, ante la determinación del régimen liderado por Kim Jong-un de continuar con el desarrollo de sus programas nuclear y de misiles.
El ministro de Exteriores surcoreano Yun Byung-se y el secretario de Estado estadounidense John Kerry mantuvieron una conversación telefónica de 20 minutos en la que alcanzaron el acuerdo y en la que compartieron sus impresiones sobre el arranque del congreso del Partido único norcoreano, informó el Ministerio en un comunicado recogido por la agencia local Yonhap.
Corea del Norte inició la víspera el VII Congreso del Partido de los Trabajadores, el primero que se celebra desde hace 36 años, y del que se esperan decisiones políticas y económicas que marquen el futuro del régimen.
Durante su discurso de arranque, el líder norcoreano Kim Jong-un, quien preside el cónclave, ensalzó las últimas pruebas nucleares y de misiles realizadas por del régimen el pasado enero y febrero, a los que calificó como impulsores de " la dignidad y el poder del país".
Yun y Kerry intercambiaron sus puntos de vista sobre el alegato inaugural y se mostraron de acuerdo en mostrar una estrecha vigilancia a futuros anuncios y cooperar para dar respuesta a posibles provocaciones del Norte, según recogió el texto.
Ambos mostraron además su preocupación ante la determinación de Pyongyang de continuar adelante con sus programas armamentísticos, y advirtieron al régimen norcoreano de que se enfrentará a "un aislamiento insoportable y dificultades" a través de la presión internacional y las sanciones, si lleva a cabo más provocaciones.
"(Yun y Kerry) acordaron trabajar estrechamente con la comunidad internacional para que el Norte se dé cuenta de que no tiene más remedio que desnuclearizarse y demostrar a través de acciones su voluntad de hacerlo", dijo el Ministerio de Exteriores de Seúl.