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Sevilla

Cara y cruz de la nueva Feria

La jornada del jueves, mucho más tranquila, y la del viernes, con lluvia, marcarán el verdadero éxito final del nuevo calendario de la Feria

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Pasado el ecuador de la Feria de Abril más larga, y tras la ida de turistas madrileños y del resto del país que eligieron disfrutar el puente del Primero de mayo en la capital hispalense y visitar el Real, la tranquilidad se ha apoderado del recinto ferial. Lejos de los tres primeros días de bullicios y calles atestadas de gente y caballos, y tras la resaca del martes (último día de puente para los capitalinos), las jornadas se han ido normalizando. Si el miércoles, en apariencia, se mostró flojo en cuanto asistencia (el Real estaba casi muerto al mediodía y se animó con la caída de la tarde pero el Ayuntamiento ha asegurado que se igualó la asistencia del miércoles del año pasado, que encima fue festivo), este jueves fue el verdadero punto de inflexión.

A la espera de datos de afluencia, fue uno de los días más “desalmados”, según muchos testimonios. “A ver si luego a la noche y con eso de que mañana es viernes la cosa mejora”, señaló un taxista a quien escribe justo después de la hora de comer. Y es que jueves y viernes -con lluvia incluida- serán los verdaderos indicativos de si el nuevo calendario de la Feria de Abril Sevillana de este 2017 (de sábado a sábado con un puente inicial) ha triunfado o no y de si verdaderamente traerá mayores beneficios económicos y turísticos para la ciudad.

El bolsillo, duele
Con temperaturas más suaves que los dos días anteriores, muchas fueron las familias que se acercaron al ferial este jueves con sus hijos. Quizás una de las partes del Real que no notó tanto la ausencia de gente fue la Calle del Infierno, con sus cacharritos a pleno rendimiento. Pero no así las casetas. Pedir en la barra ya no fue misión imposible como días atrás, tampoco andar por las calles. Lo malo, que el recinto estaba algo más deslucido sin menos volantes y personas disfrutando la fiesta y que colarse en las casetas privadas se antojó algo más complicado ya que los porteros tuvieron más espacio para fijarse en las caras. Por la noche, como en el día anterior, el panorama mejoró algo.

Este viernes, otro de los días clave para el balance final de la Feria 2017, se presentaba con complicación atmosférica. Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) daban lluvia desde las 00.00 horas hasta el mediodía. Y el Real con agua echa para atrás a muchos.

Sea como sea, muchas han sido las voces que ya han pedido que la Feria de 2018 vuelva a su formato original de lunes (con el Alumbrao) a domingo. Menos días. Y no por la nostalgia de la tradición, sino por algo que duele más: el dinero. ¿Son necesarios tantos días de Feria?, se ha escuchado en varios foros. Las cosas como son, ocho días de fiesta son inviables para los bolsillos de los sevillanos de a pie. Hosteleros, hoteleros y negocios estarán tocando las palmas por los posibles beneficios. O no, sólo después de Feria con balances oficiales y reales se sabrá. Pero el ciudadano medio no se lo puede permitir.

Lo del día festivo en mitad de la semana de Feria, como el año pasado que fue el miércoles, tenía sus ventajas para muchos. “Chiquilla, es que cuando la cosa en el Real comenzaba a decaer en mitad de la semana llegaba el festivo y la gente se animaba porque no había que ir a trabajar al día siguiente”, apuntaba el taxista del inicio, que dio a una servidora su visión particular del asunto.

Está claro que la nueva fórmula ha funcionado los primeros días. La clave está de jueves en adelante. Las cifras dirán. Al igual que muchos ciudadanos que ya esperan un próximo referéndum para hablar.

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