El metal detectado en el cielo de Marte puede provenir de meteoros que atraviesan la atmósfera del planeta rojo, según un nuevo estudio con datos de la misión MAVEN de la NASA.
Motas de polvo interplanetario y trozos de roca a menudo se hunden a altas velocidades en las atmósferas de la Tierra y otros mundos, ardiendo para formar meteoritos, ya que la fricción con las partículas de aire calienta los objetos.
En la Tierra, el humo resultante genera una capa persistente de átomos metálicos en la atmósfera. Sin embargo, hasta ahora, tales capas no se veían directamente en otras partes del sistema solar.
Estos átomos de metal pueden influir en sus atmósferas: "Después de que los meteoros se queman, sus escombros fluyen a través de la atmósfera y pueden sembrar nubes", comenta el autor, Matteo Crismani, científico planetario de la Universidad de Colorado Boulder. "Esto ocurre en la Tierra y probablemente también en Marte", ha señalado a Space.com.
Para buscar esta capa meteórica en Marte, Crismani y sus colegas analizaron datos de la misión de la NASA Mars Atmosphere and Volatile Evolution (MAVEN). Los investigadores se centraron en las altitudes más altas de la atmósfera marciana, buscando elementos como el magnesio, el hierro y el sodio que más probablemente provenían de arriba, de los meteoros, a diferencia de abajo, de Marte.
Los científicos detectaron rayos de luz solar ultravioleta que dispersaron una capa de iones magnésicos cargados positivamente cerca de una altitud de unos 90 kilómetros en la atmósfera marciana, muy probablemente de una fuente de meteoros.
"La mayoría de la gente ha visto una estrella fugaz, y tal vez ellos saben lo que están viendo, pero probablemente no han pensado si esto sucede en otros planetas --señala Crismani--. Ahora sabemos con certeza que lo hacen".
De acuerdo con sus datos, los investigadores estimaron que Marte recibe alrededor de 2,2 a 3,3 toneladas de polvo interplanetario por día marciano. Por el contrario, una revisión de 2012 sugirió que la Tierra recibe alrededor de 1,54 a 15,4 toneladas de polvo interplanetario por día, un rango que sube mucho más alto que el observado en Marte. "En general, Marte recibe menos material que la Tierra", explica Crismani.
Los investigadores encontraron que esta capa meteórica podría moverse hacia arriba y hacia abajo de una manera predecible. Esto ocurrió porque la baja atmósfera de Marte se calentó y se enfrió estacionalmente y en respuesta a las tormentas de polvo, según han declarado los investigadores.
Curiosamente, los científicos también encontraron que la capa meteórica podría disminuir en densidad hasta un factor de aproximadamente cinco cuando uno se aproxima a la frontera en movimiento dividiendo día y noche en Marte. Investigaciones anteriores, a partir de 2010, sugirieron que esta capa meteórica debería mostrar sólo cambios insignificantes en la densidad durante el curso del día marciano, y Crismani y sus colegas dijeron que actualmente no tienen ninguna explicación para esta variación.
"En la atmósfera de la Tierra, pensamos que entendemos casi todas las reacciones químicas importantes --asegura Crismani--. En Marte, ahora sabemos que tenemos un problema. MAVEN constata constantemente que Marte es más sorprendente e intrincado de lo esperado".
Pero hay un misterio que los meteoros no explican. En 2005, los investigadores detectaron por primera vez una capa extraña y transitoria de iones cargados eléctricamente a altitudes de alrededor de 70 a 90 kilómetros en la atmósfera marciana. Los nuevos hallazgos sugieren que los meteoros no proporcionan una explicación para esta capa transitoria desconcertante, tal y como sugiere el estudio reciente.
"Sospechamos que puede estar relacionado con la influencia del Sol", valora Crismani. "Como hemos visto antes, el clima y la atmósfera de Marte están fuertemente influenciados por las tormentas solares y las partículas energéticas del Sol", agrega.
Las investigaciones futuras pueden analizar qué es lo que impulsa las variaciones en el nivel de los metales en la atmósfera marciana, tal vez campos magnéticos o lluvias de meteoros, dijo Crismani. Los científicos detallaron sus hallazgos en la revista 'Nature Geoscience'.