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Una izquierda irrelevante

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El problema de Izquierda Unida es que no se encuentra a sí misma, no sabe ya quién es ni siquiera entiende por qué ha perdido pie entre los ciudadanos. La respuesta a esto no es complicada: los electores les han mandado a casa porque han hecho una política irrelevante, y por más que puede quedar mal hacer leña del árbol caído lo cierto es que la labor de Gaspar Llamazares como coordinador general de la coalición ha sido un auténtico fracaso.

Lo peor es que en la asamblea celebrada el pasado fin de semana no han sido capaces de ponerse de acuerdo entre ellos mismos y las distintas familias han peleado por ver quién se sitúa mejor para mandar. Por no ser capaces ni siquiera han logrado elegir un nuevo coordinador general, y eso que lo tienen fácil, porque en IU hay personas de valía, y valga el ejemplo de dos mujeres, Rosa Aguilar e Inés Sabanés, teniéndolas a ellas no hace falta buscar mucho más.

En estos últimos años IU no ha sido capaz de articular un discurso de oposición, de ofrecer alternativas, desde la izquierda a los problemas de la España real. Las más de las ocasiones, IU ha hecho política en la estratosfera con asuntos marginales que nada tenían que ver con las preocupaciones reales de la mayoría de la sociedad.

Tampoco su política en el País Vasco ha sido comprendida por sus votantes, ni tampoco su política en Cataluña por más que allí sea un partido independiente, Iniciativa por Cataluña, con quien comparte electorado. Pero la realidad es que la política del dirigente de IU en el País Vasco, el señor Madrazo, no ha sido comprendida ni compartida por el electorado de la coalición.

En IU se han dado un tiempo para volverse a reunir e intentar de nuevo consensuar quién va a ser la cabeza visible de la coalición, y es de esperar que sean capaces de hacerlo. A partir de ese momento, IU se va a tener que reinventar, va a tener que volver a salir a la calle a explicar a los ciudadanos cuál es la política que defienden, van a tener que recuperar uno por uno a los votantes perdidos a lo largo de los últimos años.

Es increíble cómo una fuerza como IU, que ha ocupado un papel sustancial en la historia reciente de nuestro país se ha convertido en una fuerza política irrelevante que lo mismo da que esté o que desaparezca. Y la culpa sólo hay que buscarla en un lugar: en ellos mismos.

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