Este fin de semana se ha cumplido el primer mes de la entrada en vigor de la Ley General de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social, más conocida como la ley de ‘accesibilidad universal’, por todo lo que conlleva su aplicación. El pasado 4 de diciembre era la fecha tope que España se marcaba en 2003 para garantizar este derecho. El horizonte de 2017 era aún remoto, pero ya en 2013 se dio un plazo de cuatro años para que administraciones y empresas ejecutasen las modificaciones necesarias para librarse, si no de todas, de un número considerable de barreras arquitectónicas en aras de este colectivo. El compromiso se materializaba con la aprobación del Real Decreto Legislativo 1/2013. En consecuencia, ahora se puede denunciar y las multas por no garantizar la accesibilidad a las personas con movilidad reducida van desde los 30.000 a 600.000 euros.
¿Han hecho los deberes las administraciones?Por muchas declaraciones de intenciones, a la gran mayoría les ha pillado el toro y Jerez tampoco iba a ser la excepción.
Teniendo en cuenta que la norma insta a los propietarios de edificios públicos o privados y a establecimientos comerciales y de hostelería a realizar actuaciones para facilitar la ‘accesibilidad universal’, comercios y hosteleros vuelven a estar en el punto de mira, pero además estos últimos tienen un problema añadido: el de los veladores, todo ello independientemente de cumplir con lo exigido en rampas, barra, aseos, acceso, etcétera. Y es que la normativa exige que los negocios dispongan en sus terrazas de veladores un pasillo mínimo de1,80 metros que permita el paso de los usuarios de sillas de ruedas en la acera, aunque se da la opción de dejarlo en 1,50 siempre que sea de manera razonada. De lo contrario, el local tendría que sacrificar mobiliario.
¿Qué ocurre en la práctica?Pues que a casi el 80% de los veladores del centro histórico les resulta imposible acatar la norma. Basta con recorrer las terrazas de la alameda Cristina, frente a la parada de taxis, la calle San Pablo, Caballeros, o la Plaza San Andrés, Medina... por citar solo algunos enclaves. O bien se quedarían sin veladores reservando este espacio o se verían obligados a compartirlos como en el caso de San Pablo.
Así lo asegura Richard Vargas, portavoz de hostelería en Asunico, que tiene claro que el sector no es responsable de no poder hacer frente a este cumplimiento y señala directamente a los planes urbanísticos del Ayuntamiento. “Hay pocos locales que se puedan salvar. Estamos de acuerdo con que se tenga en cuenta esta ley con las nuevas aperturas y en las nuevas construcciones en otras zonas de Jerez, pero en el casco histórico tenemos un problema con los locales antiguos. La normativa se tiene que ir adecuando dentro de las posibilidades urbanísticas en el centro”, manifiesta. En la asociación, que representa ya a más de medio centenar de hosteleros del centro, son sensibles a este tema y no niegan su preocupación, por eso en dos semanas tienen previsto reunirse con la alcaldesa para abordar este tema.
Horeca mira al Consistorio
Por su parte, en la patronal hostelera Horeca, tienen claro que el Ayuntamiento deberá tener muy presente el hándicap que tiene Jerez en ciertas calles, fuera y dentro del centro, por su estrechez u otras circunstancias a la hora de exigir el cumplimiento de esta normativa. “La ley hay que cumplirla pero siempre que se pueda y de manera razonada. A la larga es bueno”, señala su presidente Antonio de María , que tiene claro que en este asunto “el primero que tiene que cumplir” es el Ayuntamiento rebajando aceras...la ciudad no está adaptada a la ley”, sentencia.
La antigüedad de los locales, un ‘hándicap’
En una ruta por los comercios del centro que cumplen con la normativa que realizaron el delegado de Sostenibilidad, José Antonio Díaz, acompañado por la presidenta de Adifi, Carmen Menacho, y la presidenta de Acoje, Nela García, esta última destacó el “hándicap” con el que cuentan en el centro por la antigüedad de numerosos edificios y locales “ya que fue la primera zona que se desarrolló como uso comercial. Según la cota de las calles los escalones son difíciles de salvar, de ahí que valoramos el esfuerzo de las reformas que están acometiendo comerciantes para actuar en este sentido”, por lo que solicitó la apertura de líneas de ayuda para estas mejoras.
“Las adaptaciones no son un favor, son un derecho”
La vida del jerezano Francisco Zuasti Garrido cambió de un día para otro hace 10 años cuando quedó tetrapléjico tras sufrir una caída. Presidente de la Asociación de Lesionados Medulares y Gran Discapacidad Física de Cádiz (Aspaym Cádiz), fundada el pasado año, es promotor y organizador del sector ‘Disca’ del Club de Tenis de Mesa Jerez y en 2016 quedó tercero en el Campeonato de España de Tenis de Mesa para personas con discapacidad celebrado en Valladolid. Su trayectoria le valió el pasado año el premio en la categoría de ‘Valores Humanos’ en la I Gala del Deporte de Jerez y él sufre en primera persona la guerra contra las barreras arquitectónicas hasta el punto de tener que bordear una plaza entera porque no hay rebaje para cruzar al otro lado de la calle.
Aunque tiene claro que en este asunto “hay que actuar en todo Jerez”, dando prioridad a los ‘puntos negros’, también por su trabajo viaja mucho y admite que si tiene que ponerle nota a la ciudad en ese sentido “comparado con todo lo que he visto le pongo un 7”. Aún así, es crítico y exigente con el Gobierno municipal. “No le pedimos que adapten todo Jerez, sino que todo lo que se haga nuevo se haga bien, y eso no está ocurriendo últimamente”, señala. Eso sí, reivindica que cada actuación y adaptación que se ejecute en este sentido “no son favores que nos están haciendo, son un derecho” y demanda la apertura de un punto informativo para dejar constancia de las zonas donde urge intervenir, alertando de la problemática de los ‘encerrados’. Le consta que hay personas con movilidad reducida “encerradas en sus casas” por haber tenido una mala experiencia en la calle y haberle cogido miedo a salir. “Es su respuesta al miedo”, señala. Este y otros casos son tratados por su colectivo casi a diario.
Zuasti, que esta semana ha estado reunido con el teniente de alcaldesa de Sostenibilidad, Participación y Movilidad, José Antonio Díaz, también reclama más información sobre la ley de ‘accesibilidad universal’ para todos los sectores, sin pasar por alto el perjuicio que puede suponer su incumplimiento. “Hay que darla por escrito y organizar charlas, hay ayuntamientos como en Lucena que ya han retirado una licencia por no cumplirla. “Esto es una ruina para un empresario que no tenga idea del tema porque tampoco tiene que saberlo todo sobre accesibilidad; pero a cualquier persona afectada que presente una denuncia en el juzgado por este tema le van a dar la razón”, señala.
A nivel de hostelería, en el tema de los veladores Zuasti pone el acento en la zona de bares frente a Hipercor, “donde es imposible pasar con la silla de ruedas” y en cuanto al pasillo de 1,80 metros, es comprensible con las terrazas del centro a las que les resulta complicado cumplir con la norma por las limitaciones propia de la misma calle donde se ubican.