Aunque la especie no ha sido confirmada, se sospecha que era un tiburón peregrino, totalmente inofensivo ya que se alimenta de plancton.
Las autoridades del Peñón han pedido a la ciudadanía y en especial a los usuarios de las playas que permanezcan vigilantes y que informen de cualquier signo inusual en la actividad de la vida marina a los vigilantes y socorristas de cada zona de baño.
La Royal Gibraltar Police (RGP) desplegó el miércoles una vigilancia extra por las costas del Peñón y aunque ayer se volvió a permitir en baño en Camp Bay, los agentes de la sección marítima de la RGP seguían patrullando las aguas por si divisaban al escualo.
Recordar que no es la primera vez en este verano que se toma esta medida y es que a finales de julio las autoridades gibraltareñas decretaron el cierre de todas las playas del Peñón tras la alerta emitida por dos submarinistas de origen alemán que informaron sobre el avistamiento de lo que se consideró un tiburón blanco.
La zona en la que se vio al ejemplar fue a 20 metros de Camp Bay, por lo que ondearon banderas rojas en todas las playas y zonas de baño. Existieron entonces dos opiniones de profesionales en biología marina. Unos se ratificaban en que el ejemplar era un tiburón blanco, frecuente en aguas del Mediterráneo y otros consideran que podría tratarse de un tiburón peregrino.
Aunque en esta ocasión se ha hablado de un peregrino, ha vuelto a saltar la alarma en todas las playas gibraltareñas.