El Real Teatro de Las Cortes fue escenario anoche del anual Pregón de la Madrugá. Un acto en el que también se presentó el cartel y acabó con un concierto de marchas de la banda de música de la Hermandad del Nazareno. José María Belizón, hermano cargador, fue el encargado de presentar y mantener el acto. El pregón de La Madrugá, que durante los dos últimos años se había celebrado en el Centro de Congresos, un lugar que no ofrece condiciones para un acto de estas características. Por eso el presentador agradeció la cesión del Real Teatro de Las Cortes, manifestando que "No se concibe un teatro sin pueblo, ni un pueblo sin teatro. Gracias de verdad por dejar de politizar y discriminar a lo que es La Isla, con sus defectos y sus virtudes, pero siempre de la mano de sus tradiciones, y hoy aquí se juntan dos: el teatro que nos dio la libertad y el Señor de San Fernando, que tanto consuelo da".
Belizón dio paso a un homenaje a José Pérez Arellano, conocido en el mundo de la carga, como Pepe 'El Capi', en alusión a su cargo en la Guardia Real. Un vídeo con la vida y trayectoria de Pérez Arellano fue mostrado en la pantalla del teatro. El homanejado habló al público, recordando vivencias, recordando palabras de su pregón a la Madrugá, en el mismo teatro donde anoche recibía el homenaje, y acordándose sobre todo de su familia, en especial de hijos, nietos y su mujer.
El presentador dio paso a que la alcadesa, Patricia Cavada Montañés, y el autor de la fotografía, Javier Aleu Vidal, descubrieran el cartel de La Madrugá 2018, o también Noche del Nazareno como se conoce en San Fernando. La imagen refleja al Nazareno sobre su paso en la calle Ancha.
José María Belizón presentó a Javier Padillo, pregonero de la Madrugá 2018. Habló de su paso por Ecce Homo y Gran Poder y su llegada a la hermandad del Nazareno, donde ha sido músico, miembro de junta de gobierno y capataz general, por lo que le invitó a subir al escenario.
Padillo, con semblante serio, subió para enfrentarse a esos papeles en los que había plasmado sus vivencias. Comenzó recordando cómo empezó a escribir el pregón y recordó a Cristina Graván Márquez, la joven que habló con su abuelo para que se pudiera poner un retablo cerámico del Nazareno en su casa de la calle Ancha. El fallecimiento de la joven fue un mazazo para todos sus amigos, pero tuvo su sitio en el pregón, al igual que la emoción del abuelo por ver cómo en su fachada se ponía ese azulejo del Nazareno que fue inaugurado en 2010 y en torno al que el Nazareno se volvió la primera vez que pasó ante la casa.
No faltó el recuerdo del pregonero del Nazareno y la Virgen de los Dolores pasando ante el convento de las Madres Capuchinas, hace dos años, cuando las monjas se asomaban a la ventana para ver al Regidor Perpetuo de San Fernando. Padillo recordó ese momento a los compases del Ave María de Caccini, interpretado por la agrupación musical Lágrimas de Dolores.
El pregonero tiró de vivencias y destacó los gestos de devoción de los isleños ante la imagen del Nazareno y de la Virgen de los Dolores. De hecho, mostró su ilusión por ver coronada a la Virgen de los Dolores, que ya tiene un pregón en su honor en septiembre. No faltaron vivencias delante del Nazareno, o la importancia de la transmisión de la fe en el seno familiar.
El acto finalizó pasadas las 23.00 horas con un concierto de marchas procesionales de la banda de música de la Hermandad del Nazareno, que bajo la dirección de Juan Luis Álvarez Llave interpretó las marchas La Sangre y La Gloria, de Alfonso Lozano Ruiz; Triana en sus Penas, de Cristóbal López Gandara; Margot, de Joaquín Turina; En tu Cruz y La Vía Sacra, de Rafael Vals Dantas.
La alcaldesa, Patricia Cavada Montañés clausuró el acto destacando los momentos vividos durante el pregón y felicitando a la hermandad por su 250 aniversario fundacional.
