El jefe de homicidios de la Policía que investigó el crimen de Manuel J.G. en noviembre de 2015, por el que se juzga al exmilitar cubano Alberto H.B. y a su jefe y dueño de la nave en la que sucedieron los hechos Jose María Y.T., ha destacado hoy que este último fue quien colaboró para arrestar al exmilitar.
Un jurado popular enjuicia en la Audiencia de Sevilla a ambos por la muerte de Manuel J.G., cuyo cuerpo fue hallado el 27 de noviembre de 2015 en una gasolinera de Sevilla capital a donde lo trasladaron tres amigos tras ser disparado en una nave de la localidad de Carmona propiedad de José María Y.T.
La Fiscalía sólo acusa a Alberto H.B., para el que pide 17 años y 10 meses por homicidio y tenencia ilícita de armas-, pero la acusación particular que representa a la familia de la víctima acusa también a José María Y.T. -pide para ambos 27 años- al considerar que ordenó al exmilitar matarle porque descubrió que su amigo José María Y.T. había robado la mitad de un alijo de 2.000 kilos de hachís del que ambos se hicieron cargo por "necesidades económicas".
Alberto H.B. reconoció ayer ser el autor de los "dos disparos a bocajarro" a Manuel si bien alegó que actuó porque le vio apuntar con una pistola a su patrón y éste le dijo "Alberto ayúdame que me quieren matar".
Esta versión fue negada por José María Y.T., quien dijo que Manuel fue a verle con otros tres amigos porque le debía 1.100 euros por unos portes pero que no iba armado ni se sintió amenazado y que no sabe por qué Alberto le disparó, que no le hizo caso cuando le pidió que tirara la escopeta e incluso huyó a Llerena (Badajoz) -tras ayudar a los acompañantes de Manuel a cargarlo en el coche- por "miedo" al exmilitar.
Hoy el jefe de homicidios ha contado que cuando acudieron a la gasolinera en la que apareció el cuerpo interrogaron a sus tres acompañantes, dos de los cuales "contaron una mentira tras otra" diciendo que lo habían encontrado en la carretera y un tercero relató que lo había matado un empleado de José María Y.T. en la nave de éste cuando fueron a hablar con él de una deuda de negocios.
Mientras, un abogado amigo de la víctima y que conocía también a José María Y.T. contactó con él relatando lo que había ocurrido en su nave y les puso en contacto.
José María Y.T. le llamó y le contó lo mismo, le dijo que estaba en Llerena pero que no tenía inconveniente en volver a Sevilla y colaborar con la Policía, como hizo esa misma noche.
Acordaron verse en la nave porque "él dice que está todo grabado porque en teoría hay cámaras".
"José María es la persona que identifica a Alberto, que colabora en la extracción del sistema de grabación -la Policía Científica no halló imágenes de ese día y concluyó que en el momento de los hechos no estaban grabando- y que colabora en su detención", ha afirmado.
Un arresto que se produjo tras una semana durante la cual Alberto estuvo huido en el campo durmiendo en distintas fincas de la zona para la que "nos puso muchas dificultades, se movía de noche, ocultándose de día" y cuyo rastro se siguió por el teléfono móvil que José María recargaba para que no se perdiera y por el que se mantuvo en contacto con el exmilitar por indicación de la policía hasta montar un dispositivo para su arresto quedando en recogerle.
Una vez arrestado Alberto se mostró "dispuesto a colaborar", era "plenamente consciente de lo que había hecho" y no tuvo problemas en contarlo, alegando que "creía que iban a matar" a su patrón.
Según el jefe de homicidios, ninguno de los testigos ni José María Y.T. declararon que la víctima fuera armada y que Alberto actuara por orden de su patrón, "sólo" el exmilitar, si no "no colaboro con él, lo detengo, pero si nadie nos está diciendo que había ordenado matarlo no podemos actuar" según esa hipótesis.
Ha reconocido que la nave no fue precintada y que cree que cuando llegaron esa noche tras haber quedado con José María él ya estaba allí.
También han declarado hoy los agentes de Policía Científica que inspeccionaron la nave -donde no hallaron armas y sí cinco casquillos de escopeta- y el agente que encontró la escopeta del crimen en una casetilla donde Alberto pasó una de las noches huido.