Así lo explicó ayer en rueda de prensa el doctor Pedro Cavadas, coordinador del equipo de más de 30 personas que participó en esta intervención, que se preparaba desde hacía más de un año con el paciente, un hombre al que “complicaciones de radioterapia” habían dejado sin la mitad inferior de la cara hacía once años.
El trasplante, que comprende desde la comisura de los labios hasta la base del cuello, permitirá que el paciente pueda volver a hablar de forma inteligible y a tragar, que recupere la sensibilidad de la cara y de la lengua e incluso parte del sentido del gusto, tras una rehabilitación que durará alrededor de un año.
Cavadas ha informado de que el paciente podría ser dado de alta en el hospital dentro de una semana o diez días, pero comenzará una rehabilitación para volver a recuperar el hábito de tragar y el movimiento de la lengua, al que se sumará la recuperación de la mandíbula trasplantada, que comenzará dentro de un mes.
Esto prolongará alrededor de un año su recuperación física, aunque la psicológica “ya está hecha”, afirmó el cirujano. A su juicio, “el beneficio de recuperar el aspecto de persona que le permita recuperar la dignidad humana ya es un hecho”.
“Ya se ha visto en el espejo y está encantado”, reveló Cavadas para insistir en que la reacción del paciente, que se había sometido a numerosas intervenciones de reconstrucción sin éxito, “es increíblemente positiva”, se está “riendo” y tanto él como su madre están “encantados”.
La intervención, que duró más de quince horas, tuvo un trabajo previo que ha incluido numerosas “simulaciones anatómicas en cadáveres”, así como una intervención previa hace más de tres meses para “identificar los nervios sensibles y motores que se iban a necesitar en el trasplante”.
Cavadas, quien explicó ayer que cuando recibió la llamada confirmándole la existencia de un donante estaba a bordo de un avión en Nairobi y llegó dos horas antes de comenzar todo el proceso del trasplante, señaló que en este tipo de intervenciones los tiempos son “muy importantes”.
En cuanto al “rechazo inmunológico” que haría necesario un retrasplante, señaló que es una posibilidad que conoce el paciente, quien tendrá que seguir una “medicación inmunodepresora de por vida”, al igual que todos los trasplantados de cualquier órgano.
Pedro Cavadas manifestó su deseo de seguir con este tipo de intervenciones que benefician a un “grupo de pacientes que no tenían esperanza” hasta ahora, aunque admitió que esperarán unos meses antes de incluir el próximo paciente en lista de espera.
La rueda de prensa en La Fe, donde también estaba presente el consejero de Sanidad, Manuel Cervera, también sirvió ayer para trasladar el malestar del equipo médico por la filtración y publicación de datos personales del donante y del receptor, ante lo que han pedido “respeto” en ambos casos.
Piden que se investigue la filtración
Expertos en Bioética coincidieron ayer en pedir que se investigue la “grave” filtración de los datos del donante y receptor involucrados en el primer trasplante de cara que se realiza en España.
La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y el equipo médico del Hospital La Fe de Valencia han criticado la difusión de estos detalles identificativos, mientras que los familiares del donante emprenderán acciones legales.
La Ley que regula las actividades de utilización de órganos estipula que “no podrán facilitarse ni divulgarse” informaciones que permitan localizar al donante y al receptor.
Del donante ha trascendido su nacionalidad, la calle donde residía, su lugar de trabajo así como sus aficiones, entre otros detalles identificativos.