“Los vecinos tienen razón cuando se quejan”, explica tajantemente el delegado de Urbanismo, Manuel Garrucho. Sin embargo, considera que, a pesar de las últimas actuaciones en la avenida Muñoz Vázquez de hace apenas unas semanas, el preciso intervenir desde la calle Reina hacia abajo, como de hecho ha planteado la empresa Aqualia en breve plazo de tiempo con 150.000 euros de inversión. Cronológicamente, Garrucho ha expuesto las distintas actuaciones en Muñoz Vázquez desde 2015, año en que se arregló una fuga de agua, no así desde antes porque -dice- no se actuó bajo el gobierno del PP y Ai-Pro, por lo que considera sospechosas sus declaraciones a un año de las elecciones para arremeter contra el gobierno socialista.
En 2016 se hizo otra reparación de la tubería, que un año más tarde se rompió literalmente por el movimiento de terrenos. Desde el punto de vista técnico, asegura que a día de hoy se desconoce cómo afecta a la avenida el parking del Paseo, como tampoco se sabe con certeza si el agua que rezuman algunas viviendas de Muñoz Vázquez tras la reciente obra es consecuencia del agua aún almacenada o si se ha producido una nueva fuga. Pero sin duda, según Urbanismo, el problema es mucho más grave porque se da en otras zonas cercanas, desde las Casas Baratas hasta el Paseo, cuyo arreglo sería muy costoso y por ahora no entra dentro de los planes de Aqualia. No obstante, según explica Garrucho, el alcalde no ha cejado en el empeño estos años de conseguir la financiación para una obra que entiende lógica. A todo, se cuestiona por qué el anterior gobierno no realizó esta obra cuando ya existían problemas, y no que invirtió el canon de siete millones de euros de Aqualia en otras actuaciones que, por otra parte, no dieron solución al grave problema de suministro en barriadas rurales, obra prevista por Aqualia en breve con una elevada inversión.
Asimismo, Garrucho se ha cuestionado por qué el anterior gobierno intervino en una obra estética en la calle Corredera dejando en mal estado las redes, asunto que a día de hoy provoca los problemas que sufre el casco antiguo, según la teoría del Ayuntamiento y de la propia empresa Aqualia. “Pusieron bonita la calle Corredera pero no actuaron en lo importante”, señala el delegado.
