Las columnas de humo asoman a la cuenca de Los Ángeles mientras el fuego, azuzado con las altas temperaturas, consume la espesa maleza de la masa forestal que no ha sido quemada en 60 años, indica el rotativo, que destaca las dificultades de atajar el fuego con medios aéreos por la limitada visibilidad.
Las autoridades prevén que las llamas, de hasta 25 metros, continúen de madrugada su avance por las colinas circundantes al bosque, lo que ha obligado al Servicio Forestal estadounidense a recolocar a centenares de bomberos en la zona de Acton.
Al menos tres personas heridas fueron evacuadas en helicóptero y tres viviendas han resultado destruidas por el fuego.