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Nada frena más el crecimiento que el miedo a la crisis

Pero eso lo saben bien quienes visten a la última moda parisina como la Sra. Lagarde, presidenta del FMI, Donald Trump…

Publicado: 24/10/2018 ·
08:49
· Actualizado: 24/10/2018 · 08:49
Autor

Rafael Fenoy

Rafael Fenoy se define entrado en años, aunque, a pesar de ello, no deja de estar sorprendido cada día

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En este blog se pretende compartir análisis, reflexión y algo de conocimiento contigo persona lectora

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Aquellas personas que auguran un empeoramiento de la situación económica son las nuevas terroristas antisistema. No van vestidas con camisas negras, pantalones de chándal, chamarretas negras, con grandes “A rojas, encerradas en círculos, no llevan la cabeza rapada, ni la cara tapada por un pañuelo o embozadas en capuchas… Van a la última moda parisina, como la Sra. Lagarde, presidenta del FMI (Fondo Monetario Internacional), o los políticos agoreros vestidos de azul.

Basta que se invoque el fantasma de la crisis, para que las bolsas se derrumben y caiga el valor de la acciones hasta límites inimaginables tan sólo un día. Y es que quienes hacen negocios en bolsa, viven de hacer perder, es decir de robar, a otros que “in-vierten” sus dineros en las bolsas para hacer más dinero, como ilusos timados que, cuando se dan cuenta ya es tarde y lo han perdido todo. Mientras, y con suma alegría, los “listos”, los que tienen buena información clandestina, se quedan con las acciones a precios ridículos, esperando  poder generar otra hecatombe dentro de cierto tiempo para hacer la misma, la misma maniobra.   

No sabemos las carteras de valores que poseen los altos cargos del FMI (Fondo Monetario Internacional, o del Banco Mundial, o de la Reserva Federal Americana, todas, entidades privadas, creadas por quienes pueden mover los hilos en este inmenso guiñol de las crisis económicas. Nada se sabe de las grandísimas fortunas que llevan siglos acumulando riquezas incalculables. Pero es evidente que este sistema, sostenido por la búsqueda del beneficio individual a costa de lo que sea, nada bueno promueve, todo lo contrario.

El mundo es una gran bolsa, para estas mentes “extraterrestres” que manejan a los gobiernos, a los bancos, a los medios de comunicación, a las grandes compañías energéticas,  a los ejércitos… Nadie explica “de verdad” a la ciudadanía por qué pasa lo que pasa, quienes sacan tajada de  las graves modificaciones del clima que estamos padeciendo, de la velocidad con que se producen los cambios industriales, o el incremento de los precios de la energía, la luz, los combustibles,… Y siempre hay quienes están dispuestos a dar explicaciones, cuando realmente nada conocen de las reales causas que originan estos súbitos cambios. Sin embargo dicen que “todo” tiene un origen comprensible para el común de los mortales: Que si la guerra comercial entre EEUU y China es la razón de la bajada de la cotización del Banco X o de la empresa Z, que si el anuncio de unos presupuestos afecta negativamente a los mercados financieros… Nadie sabe por qué en Manhattan o Pekín, o Frankfurt, los “brokers” (así aparece en las películas) reciben llamadas dándoles ordenes de ventas masivas de acciones, bonos, opciones de futuro, o de compras masivas posteriores. Ocurre y punto.  Hay quienes abogan por actuaciones políticas moderadas para mantener “tranquilos” a los mercados, cuando nunca estos mercados pueden estarlo, ya que para vivir a lo muy grande unos pocos deben consumir constantemente las energías de todo el mundo. La palabra satisfecho, en esto de acumular riquezas, no existe. Pero eso lo saben bien quienes visten a la última moda parisina como la Sra. Lagarde, presidenta del FMI, Donald Trump… o los políticos agoreros vestidos de azul.

Fdo Rafael Fenoy Rico

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