La organización del certamen donostiarra informó ayer, en un comunicado, de la identidad del Premio Donostia de la 57 edición, que recae en el intérprete inglés nacido en Burnley en 1939 y criado artísticamente en las tablas de la escuela y la Universidad de Cambrigde, en la que se inició como actor.
Su carrera en el cine es tardía y en ella ha alternado papeles de prestigio que le granjearon el reconocimiento de la crítica, como el de Dioses y Monstruos, con el que, además de ganar la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián optó a un Oscar, con personajes más populares en películas de éxito como Gandalf de El señor de los anillos o Magneto en X-men.
Su interpretación de Gandalf también le llevó a las puertas de los Oscar, al resultar nominado como mejor actor de reparto en 2001, aunque, como ocurrió tres años antes, tampoco en esa ocasión se hizo con la preciada estatuilla.
Durante los años 60 trabajó en la National Theatre Company de Laurence Olivier, actuó con obras modernas en Londres y Nueva York, interpretó a David Copperfield en la BBC y participó en películas como The Promise, de Michael Hayes, y Alfred the Great, de Clive Donner.
Posteriormente se embarcó en la Royal Shakespeare Company, con las que encarnó personajes de la talla de Ricardo III, Eduardo II, Hamlet, Romeo y el Dr. Fausto.
Tras interpretar a Salieri en el Amadeus que se representó en Broadway en 1980, se dedicó durante tres temporadas a trabajar como actor y productor para el National Theatre, con obras de Ibsen, Congreve, Stoppard, Chejov y Shakespeare.
En esa década se intensificó la presencia de McKellen en el cine, al intervenir en películas como Priest of Love, de Christopher Miles, Walter de Stephen Frears, The Keep, de Michael Mann o Plenty, de Fred Schepisi, entre otros títulos.
McKellen adaptó al cine Ricardo III, aunque dejó la dirección a Richard Loncraine y logró por el papel el Globo de Oro y el premio Félix al mejor actor europeo del año 1996.
Tras esa película dio el salto a Hollywood, donde protagonizó Apt Pupil, de Bryan Singer, y Dioses y Monstruos, de Bill Condon, un papel con el que fue nominado al Oscar.
En los últimos años, el intérprete británico ha participado en proyectos dirigidos al gran público, como El señor de los anillos, X-men, o el Código Da Vinci, aunque no ha abandonado nunca el teatro, ya que ha participado en giras mundiales con Esperando a Godot o El rey Lear.
El próximo año volverá a vestir la blanca túnica de Gandalf en el rodaje de El Hobbit, bajo la dirección del mexicano Gillermo del Toro.
Sir Ian McKellen se ha destacado por su compromiso en la lucha de los derechos de los homosexuales.
