“Estas fiestas que yo he vivido aquí, donde no se cabía con tanta gente andando, eso no se ve ya más en la historia de la Plaza. Yo llevo más de 30 años aquí y eso se acabó”, señala un pescadero del Mercado Central de Abastos mientras despacha para contar cómo van las compras de la cena de Nochevieja. Las ventas han aumentado “porque algo se tienen que mover, si no se mueve el mes de diciembre, ¿cuándo se va a mover; se va a mover en febrero?”, apunta con nostalgia. En la Nave del Pescado siguen echando de menos los tiempos de las vacas gordas en los que había que andarse con paciencia para pasar de un pasillo a otro por las aglomeraciones de clientes.
¿Quién tiene la culpa? Aparte de que los bolsillos de las familias no estén muy finos, “porque también aquí hay mucha gente dando vueltas, que todo el que viene aquí no compra”, este vendedor lo tiene claro: las medianas superficies que se han instalado en Jerez en la última década. “Y aquí en superficie hay más que en Madrid, ¿cómo te puedes tú explicar esto y más siendo Jerez un pueblo? Eso te quita mucho”. A pocos metros, María Flores, que lleva dos décadas detrás de su puesto de pescado y marisco, no tiene demasiadas perspectivas en que la campaña navideña le vuelva a dar las alegrías de antaño, ni siquiera en el último tirón de cara a las compras de Nochevieja. “La cosa no puede ir mejor si está to Jerez parao. Cada vez está todo peor, el problema es que no hay dinero. ¿Cómo no va a querer la gente comprar cosas buenas?Pues la gente se va al Carrefour y se compra un kilo de langostinos por 8 euros y se prepara un puchero. Yo no he visto Navidades más malas aquí en la plaza como la de estos últimos años”. ¿Ayudan los precios?Ella tiene claro que la calidad y el producto fresco “hay que pagarlo” y en la Plaza de Abastos de Jerez no pueden renunciar a eso.
Estos días, sin que los precios hayan subido especialmente, los jerezanos han podido encontrarse con langostinos “tigres” a 22 y 25 euros el kilo, gambas blancas desde los 12 a los 24 euros el kilo, calamares a 12 euros el kilo, mientras los mejillones (3,50 euros/kilo) o las cañaillas (7 euros/kilo), o las patas (12 euros/kilo), son de los más socorrido si no se quiere renunciar a una mesa con marisco. Por norma general, las familias se decantan por el marisco para despedir el año, aunque también las hay fieles al cordero, después de una Nochebuena en la que sigue cumpliéndose la tradición y el pavo relleno sigue vendiéndose mejor que nunca. De hecho, a diferencia de la nave del pescado, en el puesto de Juanma, el número 66, hacen el mejor balance de los últimos 10 años. “Para la Nochebuena vendimos 65 pavos y 24 pollos decampo. No sé si la gente está comprando más para olvidar la crisis pero lo hemos notado”. Muy cerca, en otro puesto de la chacina, coinciden con sus “vecinos”: “este año está la cosa mejor que el año pasado, se está notando”, indica Pablo.
A muchos de ellos aún les sorprende que aparte del viernes y el sábado, los días más fuertes, el lunes también hubiera bastante actividad, algo con lo que mucho no contaban y que esperan que se repita este lunes, en el que más de un rezagado irá en busca de uvas para despedir el año. Eso sí, puestos a elegir, prefieren que las ventas sean “todas de golpe” y no tal y como han caído este año estas fechas “porque no es la venta de bulla de otros años”.