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Sábado 09/11/2024
 

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La pelea conyugal que costó el cargo a Regadera acaba en multa al decano

La pelea conyugal que costó el cargo al ex juez decano de Barcelona, José Manuel Regadera, se ha saldado con una multa por una falta de lesiones para el magistrado, que afrontaba nueve meses de cárcel por un delito de maltrato con el que incluso se exponía a ser expulsado de la carrera judicial.

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La pelea conyugal que costó el cargo al ex juez decano de Barcelona, José Manuel Regadera, se ha saldado con una multa por una falta de lesiones para el magistrado, que afrontaba nueve meses de cárcel por un delito de maltrato con el que incluso se exponía a ser expulsado de la carrera judicial.

El juzgado de lo penal número 16 de Barcelona ha condenado a Regadera a una multa de 360 euros y a indemnizar con otros 210 euros a su ex mujer, María Rosa I, a la que absuelve de todos los cargos al considerar que arañó a su marido en legítima defensa para protegerse de su agresión.

La pelea ocurrió el 2 de abril pasado en el domicilio conyugal después de que María Rosa I, notaria de profesión, descubriera una infidelidad de su ex esposo, con el que había contraído matrimonio apenas unos meses antes, según la sentencia, que no es firme.

La magistrada da credibilidad a la versión de la ex esposa de Regadera, porque, en su opinión, es la que ha mantenido invariablemente desde el primer momento y porque las lesiones que padeció están corroboradas por los informes médicos: “La declaración de la esposa es convincente, firme y detallada”, agrega.

Por el contrario, pone en duda los golpes y mordiscos que el ex juez decano dijo haber recibido de su esposa, cinturón marrón de kárate, y recuerda: “Si los hechos hubieran ocurrido como mantiene el señor Regadera necesariamente tendría que tener alguna marca de una patada o un rodillazo propinado por una karateka”.

La juez descarta con un rotundo “ni mucho menos” que Regadera removiera en el cajón de los cuchillos con el propósito de matar a su esposa, como mantiene ella, pero cree que no hay ninguna duda de que María Rosa I. “estaba atemorizada”, como lo demuestra que se encerrara en la habitación hasta que llegó la Policía.

La condena a pena de multa, pese a ser recurrible, garantiza la continuidad en la carrera judicial de Regadera.

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