El Programa de Atención Psicológica a Hijas e Hijos de Mujeres Víctimas de Violencia de Género ha comenzado este lunes. El programa atiende a 6 menores. La intervención con cada menor tiene una duración de 12 sesiones, programadas en horario compatible con el escolar. Las sesiones se realizan con una periodicidad semanal y una duración de 45 minutos cada una.
El Programa de Atención Psicológica para Hijas e Hijos de Mujeres Víctimas de Violencia de Género es un recurso de atención integral individualizada a hijas e hijos de mujeres que sufren o han sufrido violencia por parte de su pareja o expareja. La iniciativa está subvencionada por el Instituto Andaluz de la Mujer, IAM, y sus principales objetivos son prestar atención psicológica a los/as menores entre 5 y 17 años para la superación de los efectos producidos por la exposición a la violencia machista y prevenir la transmisión generacional de la violencia, fomentando las relaciones de buen trato para avanzar en la erradicación de la violencia de género.
La concejal de Igualdad, María del Carmen Lara, señala que este recurso “supone un apoyo fundamental a las mujeres que están siendo atendidas en el Centro de Información a la Mujer”, indicando que “pretende asesorarlas y empoderarlas como figura de protección y autoridad en la crianza y que puedan acompañar a sus hijas e hijos en su recuperación emocional, física y social”.
Lara señala que “la violencia de género es un problema que afecta a toda la sociedad y que ha alcanzado graves dimensiones, produciendo unas consecuencias psicológicas que no sólo afectan de forma directa a la mujer sino a todo el entorno familiar”. La edil afirma que “las hijas e hijos de mujeres víctimas de violencia de género son víctimas directas de esta violencia y no simples testigos, al haber estado expuestos a esta situación”, reseñando que “esta exposición a la violencia es considerada una forma de maltrato infantil, de ahí la situación de riesgo en la que se encuentran”.
La concejal de Igualdad asevera que “una intervención psicológica y un buen apoyo familiar y social son fundamentales para un adecuado desarrollo de los/as menores, aspecto clave para evitar que reproduzcan conductas violentas en sus relaciones futuras”.