La Concejalía de Educación del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María inició ayer la campaña de tratamiento de pinos en diferentes colegios del municipio con la finalidad de evitar la proliferación de la procesionaria u oruga del pino, una plaga muy común en este tipo de árboles.
La responsable municipal de Educación, Lola Campos, ha detallado que la actuación se llevará cabo en seis colegios de la ciudad en cuyas instalaciones existen ejemplares de pinos; CEIP Valdelagrana, CEIP José Luis Poullet, CEPR La Gaviota, CEIP Pinar Hondo, CEIP Cristóbal Colón y CEIP El Juncal. Campos ha explicado la importancia de esta actuación que permite acabar con la plaga y evitar así posibles reacciones alérgicas de los escolares al entrar en contacto con dicha oruga.
Los trabajos se iniciaron ayer en el CEIP El Juncal y continuarán durante varios días por el resto de los colegios. La edil de Educación ha destacado que el sistema que se está aplicando a los árboles es muy innovador y es totalmente inocuo para los alumnos del colegio ya que no consiste en una fumigación.
El tratamiento empleado, llamado endoterapia vegetal, consiste en la inyección del producto fitosanitario directamente en el sistema vascular de la planta que alberga la oruga, por lo que la propia savia del árbol se encarga de distribuir el producto.
De este modo se evitan pulverizaciones de productos químicos que contaminan el medio ambiente y se evita cualquier riesgo para la salud de las personas.
Cabe recordar que la procesionaria del pino es una de las plagas más comunes de las zonas mediterráneas, y cada día es más común encontrarlas en espacios naturales, parques, urbanizaciones, e incluso en jardines privados, sobre todo donde hay especies de pino.
La procesionaria del pino está recubierta por unos finos pelos que contienen sustancias tóxicas. Cuando estas larvas se sienten amenazadas desprenden pelos que flotan y se dispersan en el aire, y al entrar en contacto con humanos pueden provocarles reacciones alérgicas, irritación de oídos, nariz y garganta, e incluso urticaria.
Los más pequeños por curiosidad, pueden tocarlas e incluso ingerirlas, por lo que es imprescindible extremar las precauciones para evitar que los niños se pongan en contacto con ellas.